Por: Cristian Hidalgo
Luego del magistrado Danilo Amador Quevedo, homologar el acuerdo entre la Procuraduría General de la República y la compañía Odebrecht, en la que esta se compromete a resarcir al estado con 184 millones de dólares (el doble de su aporte para sobornos), mas colaborar con la justicia dominicana para que se esclarezca todo lo relacionado con el caso, el Procurador General de la República, Jean A. Rodríguez, reveló que en menos de 30 días serán dados a conocer los nombres de los sobornados por la multinacional.
Ayer miércoles, faltando 2 días para cumplirse el plazo, el Procurador Jean A. Rodríguez, en medio de protestas escenificadas por un grupo de legisladores y otros ciudadanos frente a la PGR, anunció haber recibido el pliego de documentos en donde se encuentran los nombres de los vinculados en el caso. Hoy anuncia que se tomará tiempo en dar a conocer esos nombres, pide paciencia a la población; que todos tendrán acceso a esos documentos; que los están escaneando y traduciendo algunos.
Resulta extraño y difícil de asimilar que la Cámara de Cuentas declarara en el día de hoy, que solo auditará las obras que corresponden al Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados, la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales, Empresa de Generación Hidroeléctrica Dominicana y Obras Públicas, desde el 2001 hasta 2014; sin embargo, la obra más cuestionada de todas, Punta Catalina no será auditada, alegando no se ha terminado.
No podemos creer en la transparencia de un Procurador subalterno de uno de los padrinos de los involucrados en el caso; se hace necesario y urgente que una comisión de notables diputados de la oposición, conjuntamente con notables de la sociedad civil, se dirijan a Brasil en procura de la lista inédita de todo el que haya participado en ese caso; es la única garantía que tenemos que paguen los corruptos, sin importar su jerarquía de poder.
Este pueblo tiene hambre y sed de justicia, está harto de la corrupción y el “borrón y cuenta nueva” al que lo han sometido sus gobiernos; sin embargo, no quiere ver caer solo a los corruptos que no están en gracia con el príncipe de la casa rosada; los quiere a todos, presidentes y ex-presidentes si responsables fuesen; el entremés que ha ofrecido es más que suficiente; ya es hora de que se sirva el plato fuerte, aunque los comensales sean del aposento del príncipe.
Una cosa deseamos abajo y otra es la que se cuece arriba. La lista que se dará a conocer, en su menú no se incluye a los adeptos del presidente; es por ello que el Procurador General pide tiempo para depurar “los papeles de Odebrecht”. Se sentará con su jefe y será este quien le instruya a quiénes lanzar a los leones. Es de muchos conocidos los inquebrantables vínculos existentes entre estos dos personajes; sería una quimera pretender que ese subalterno mueva un solo dedo sin la anuencia y beneplácito de su jefe.
Según el Presidente Santos en Colombia logró cambiar la percepción que de él se tenía, al asumir un protagonismo histórico en los acuerdos de paz con Las Farcs, logrando incluso el Premio Nobel de la Paz; del mismo modo pretenderá nuestro presidente, con la más elevada tasa de rechazo desde que asumió el poder, sacar provecho político de este caso, sacrificando unas cuantas cabezas, que hasta para sus propios fines les resultan un obstáculo; porque cuando de sacar ventajas a todo se trata, en eso nadie le lleva.
Si el presidente y el procurador tuviesen real interés en que caigan todos los involucrados, debieron designar una comisión de veedores que custodie (aunque por el debido proceso no deben leer) esas cajas con los documentos enviados desde Brasil, hasta que los mismos sean recibidos por los jueces que conocerán el caso, para evitar que sean sustraídas piezas claves que involucran a algunos de los vasallos del actual príncipe, porque a esos, a esos muchachos, nadie los toca ni con el pétalo de una rosa.
