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El dilema de Danilo: ¿A quién le entrego?


Por: Cristian Hidalgo

Decía Winston Chuchill que “el político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene, y de explicar después por qué no ha ocurrido”. Saco el tema a colación porque el próximo 9 de agosto se cumplirá 3 meses que fue enviada a comisión en la Cámara de Diputados, la ley de partidos, cuyo tranque lo ha constituido la manera en cómo celebrarán sus primarias las organizaciones políticas. Se recuerda que el presidente Danilo Medina apadrina la modalidad de primarias abiertas, mientras que Leonel Fernández apuesta por las cerradas.

Esas diferencias se han puesto de relieve en la Cámara de Diputados, cuyo presidente Rubén Maldonado es de la corriente de Leonel Fernández, y quien como Chanoc con cuchillo en la boca defiende a muerte las primarias cerradas. Las sesiones las han saboteado ambos grupos a sabiendas que no tienen números para pasar la ley con el modelo de primarias que desean. Los danilistas están jugando al tiempo, ya que se espera que, a partir del próximo 16 de agosto, el diputado Radhamés Camacho sea quien presida el hemiciclo, propiciando un escenario más favorable a los intereses del presidente Medina.

Divididos igualmente están los de la acera del frente; por un lado, Luis Abinader coincide con Leonel, mientras que Hipólito Mejía sigue la corriente danilista. En el día de ayer mientras el expresidente Mejía ofrecía declaraciones en apoyo a las primarias abiertas, los principales directivos del PRM le ripostaron que ya los diputados del partido habían decidido sobre las primarias cerradas. Los que apuestan por primarias abiertas cuentan con los recursos económicos, mientras que los otros creen contar con el poder de la gente del partido.

Si alguien lo duda, debe saber que la reelección del presidente Danilo Medina está en las calles dominicanas. En lo personal no se ha referido sobre el tema, pero ha enviado a las bases a sus principales pupilos (Reinaldo, Amarante Baret, Navarro y otros que seguirán saliendo), cuya finalidad es mantener a los danilistas gravitando el eje del entorno del presidente, para que no se comprometan con Leonel Fernández. El final es por todos conocidos, esos aspirantes declinarán a favor de su líder. En algunos casos como el de la senadora Sonia Mateo, la conquistaron del equipo de Leonel para apoyar a Danilo, vía Reinaldo Pared Pérez; con ello le propiciaron un gran golpe al exmandatario en la zona fronteriza.

El presidente Medina tiene dos piedras en sus zapatos que debe sacarse para transitar el camino de la reelección. La primera es la ley de partidos, la segunda su impedimento constitucional. El primer caso, dado que no lograrán ponerse de acuerdo respecto a la modalidad de primarias abiertas o cerradas, la ley será aprobada y el tema de las primarias será dejado libre para que cada organización política decida la manera de elegir a sus candidatos. Para nadie es un secreto que en los actuales momentos Danilo controla al Comité Político del PLD, por lo que es de asegurarse que las primarias serán abiertas.

Vencido ese obstáculo, irá por la reforma constitucional, en donde necesitará las 2/3 partes del Congreso Nacional en conjunto para imponer una nueva reforma que como traje a su medida le habilitaría para ser candidato en el 2020. La piña la tiene agria el mandatario, ya que, si es cierto que «papeleta mató a menudo», no menos cierto es que, aunque ahora los parciales de Leonel son menos en número, podrían ser mayores en calidad, pero a ello se le suma la firme decisión de los legisladores del PRM que siguen las orientaciones de Luis Abinader, para cerrar el paso a las pretensiones de continuismo de Danilo.

Los leonelistas tampoco la tienen muy fácil, son muchas amenazas las que tienen en su peregrinaje. El presidente Danilo Medina no quiere que Leonel vuelva a ser presidente y hará todo lo humanamente posible para impedirlo. Si llegase a sentirse descartado para ser el candidato, va a orientar todos sus recursos (humanos y económicos) a favor de Reinaldo Pared Pérez para tratar de imponerlo sobre el expresidente. En caso de no lograr su objetivo, saldrá de la presidencia en el 2020, no sin antes asegurarse la vice y las principales plazas legislativas y municipales para los suyos.

Con todo el poder acumulado por el danilismo, en los actuales momentos se hace casi imposible colegir razonablemente si su afán de seguir en el poder es por seguir usufructuándolo, o el temor de la caja de pandoras que pudieran destapar los nuevos inquilinos de la casa rosada. El dile sería a quién entregarle el poder. Para eso se hace necesario blindarse contra vientos y mareas, porque finalmente no se sabe quiénes pudieran pasarle con más vehemencia las facturas, si los leonelistas o la oposición partidaria.


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