Por: Santiago Rafael Caba Abreu
He decido dedicar la columna de esta semana, para la colocación de un interesante escrito, efectuado por el Dr. Santiago Caba, dirigente importante del PRM en Montecristi, Exgobernador y Exmiembro del Comité Central del PLD.
El Doctor Abreu es un analista de los fenómenos sociales, especialmente los fenómenos de naturaleza política, por lo que sus argumentos merecen ser estudiados y leídos por mis lectores.
A continuación, les comparto el análisis del Doctor Caba Abreu:
Con estupor leí esta mañana lo que en su cuenta de Twitter escribiera el destacado periodista y consultor de estrategias Victor Bautista «estoy seriamente decidido a dejar el periodismo y las consultorías para meterme a compositor de dembow. El florecimiento de esa industria de estribillo ruidoso, callejero, y a veces soez, es indudable, más con la política».
Creo que no es una decisión tomada por este académico de la ciencia de la comunicación, sino más bien se trata de una voz de alerta a la sociedad para llamar la atención de cuan perdidos andamos en materia cultural por las inclinaciones de nuestros jóvenes hacia un arte que se inspira en la diatriba lingüística, en la promoción de ideas que critican sutilmente la inteligencia humana, que desprecia la paz y desafía el poder de control del Estado.
Es obvio que el Estado debe garantizar el ejercicio de los derechos fundamentales de los ciudadanos, que debe protección a los derechos humanos y está obligado a no intervenir en el imperio del principio de subsidiaridad, esto es permitir la libre empresa y el desarrollo individual de la persona.
Ahora bien, ¿Puede el Estado promover, apañar y ser indiferente del desenfrenado insulto que se desarrolla en el ambiente de la música popular, o debe establecer controles para evitar que la sociedad adopte una cultura de irrespeto colectivo?
Entiendo que la aptitud del gobierno es sumisa, compromisaria e indiferente, cuyo único objetivo es enfocarse en dar la sensación de constituir un ente de tolerancia a la libre expresión y con ello endosarse la simpatía de una juventud que se enajena de las ideas revolucionarias de relevo y cambio.
Sin lugar a dudas que la oposición que hicieran grupos políticos y sociales a la reforma Constitucional para permitir la reelección del más perverso político dominicano, actual presidente de la República, ha provocado también que, ese desafío al poder, se convierta en un desprecio de los que ven peligrar su continuidad en la administración del Estado hacia quienes encabezaron dichos movimientos, ya interno, ya externo.
Es doctrina política que «la escenificación del poder político es la forma en que los que ocupan el poder político presentan la naturaleza de este a los ojos de aquellos a los que gobiernan, de sus pares o de sus rivales mediante todo tipo de mecanismos, dispositivos y recursos».
Ese razonamiento doctrinal, producto de una ponderación filosófica del poder, se obtiene de las actuaciones verbales o gestuales expresadas mediante imágenes, representaciones del poder, con iconografía del poder, con actos rituales, entre otras fórmulas comunicacionales no menos importantes.
Jugar con la apariencia utilizando técnicas escenográficas, próximas a las del teatro y otros espectáculos, es común en todas las formas del poder político y otros dominios del poder.
Analiza la ciencia política que «quien ocupa el poder realiza actos contra quien se le opone para demostrar su poderío y la debilidad de sus adversarios, es decir, o se es «poderoso» o se es «débil», para lo cual utilizan estrategias simbólicas propias de la subversión, que es lo que pretende el presidente Danilo Medina. En ese afán ha incorporado los usos sociales como una subversión temporal, especialmente en el contexto de la música popular.
En ese escenario es preciso concluir que, los resultados de la encuesta que hoy presentarán al país los Danilistas, son una expresión de la respuesta dada al desafío de poder hacia lo interno del Partido de la Liberación Dominicana, y obviamente los resultados del 6 de octubre marcarán definitivamente la tendencia de cara al 202
