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Temor a una censura en Twitter y Facebook a raíz de una información contra Biden


Vuelve el fantasma que asusta a los grupos políticos. Vuelve, a la primera línea, las críticas por la posible existencia de sesgos ideológicos en las plataformas de medios sociales. El detonante ha sido una publicación del medio «The New York Post» en la que se informaban de los supuestos vínculos con Ucrania del candidato demócrata a las elecciones presidenciales de Estados Unidos. La noticia, de interés periodístico, no ha circulado de manera masiva por la limitación introducida por Facebook y Twitter. Lo que ha despertado la ira de sus detractores al grito de censura.

Las redes sociales, que han considerado a esta información de «poco fiable», están en el punto de mira en esta próxima cita electoral. Los escándalos de Cambridge Analytica de hace cuatro años y las campañas coordinadas para tratar de influir entre los votantes ha derivado en la adopción de nuevas medidas contra la desinformación. Estos filtros han generado un intenso debate público acerca de si tratar contenidos informativos puede ser considerado censura.

Sin verificación previa
Es, en efecto, una decisión poco habitual de las redes sociales por su carácter marcadamente editorial. bY más, teniendo en cuenta que lo han hecho sin esperar la verificación de hechos de las empresas asociadas de «fact-checkers» con las que tienen acuerdos internacionales como Newtral o Maldita en España.

En el caso de Facebook, la red social por excelencia ha optado por «reducir la distribución» del artículo durante el tiempo en que sus verificadores analizan la historia, mientras que Twitter se ha inclinado en su completa eliminación. ¿Deberían editorializar las compañías tecnológicas? ¿Son acertadas sus decisiones para intentar frenar la lacra de las «fake news»? El polémico artículo se basaba en la recopilación de una serie de correos electrónicos recuperados de un viejo ordenador que, supuestamente, había pertenecido al hijo de Biden. El asunto más espinoso ha sido la revelación de que una copia se entregó al diario por el exalcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, actualmente asesor jurídico de Trump. Este hecho ha considerado poco fiable la información publicada.

Ambas empresas han alegado motivos diferentes para justificar la limitación de alcance de la publicación. Andy Stone, responsable de políticas públicas en Facebook, ha instado en un mensaje en su perfil de Twitter a que los grupos externos de verificación de datos asociados a Facebook corroboren la información. «Mientras tanto, estamos reduciendo su distribución en nuestra plataforma», ha insistido.

Y ha añadido: «Esto forma parte de nuestro proceso estandarizado para reducir la difusión de información errónea. Reducimos temporalmente la distribución pendiente de la revisión del verificador de hechos». Twitter, por su parte, ha asegurado que violaba su política interna contra la publicación de material digital robado al considerar que los contenidos se habrían logrado sin el consentimiento de su supuesto dueño.

Donald Trump, actual presidente y candidato republicano, ha calificado en su perfil de Twitter de «terrible» la decisión de las redes sociales, al tiempo que ha llamado de nuevo a eliminar las protecciones legales de las que disfrutan las grandes plataformas de internet bajo la sección 230 de la Ley de Decencia en las Comunicaciones de 1996. El objetivo es una reforma que puede modificar estos servicios que han logrado representar un papel predominante en la política y la distribución de contenidos informativos.

En los últimos meses la relación de estas plataformas con la política se ha tensionado. Las empresas propietarias de estos servicios tan populares han orquestado un plan de acción para evitar la desinformación durante las próximas elecciones. Entre las medidas adoptadas, evitar que se cante victoria antes de tiempo o informar sobre el proceso de votación.

Fuente: ABC Tecnología


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