El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, anunció este lunes que el embajador de Estados Unidos en China, Terry Branstad, dejará el cargo.
“Agradezco al embajador Terry Branstad sus más de tres años de servicio al pueblo estadounidense como embajador de Estados Unidos en la República Popular China”, dijo Pompeo en su cuenta de Twitter. Según el jefe de la diplomacia de EEUU, “el embajador Branstad ha contribuido a reequilibrar las relaciones entre Estados Unidos y China para que estén orientadas a los resultados, sean recíprocas y justas”.
El anuncio de la marcha de Branstad llega cuando Washington y Beijing se encuentran en uno de sus momentos más tensos de las últimas décadas.
Este fin de semana Trump había sugerido en un mensaje que el embajador pondría fin a su estancia en Beijing y lo hizo aludiendo a su hijo, Eric Branstad, que colabora en su campaña a la reelección. “El padre de Eric vuelve de China porque quiere hacer campaña”, declaró, según la agencia Bloomberg. A falta de confirmación oficial sobre esta salida, fuentes citadas por la cadena CNN aseguraron que Terry Branstad ha dimitido y tiene previsto dejar su actual cargo antes de las elecciones de noviembre.
Branstad, uno de los primeros partidarios de la candidatura de Trump a la Casa Blanca en 2016, fue nombrado poco después de las elecciones. En ese momento, el equipo de transición de Trump alabó su “enorme comprensión de China y del pueblo chino”. Se informó de que tenía una larga relación con el presidente chino Xi Jinping, a quien conoció por primera vez en la década de 1980.
El año pasado, pidió al régimen chino que abriera un “diálogo sustantivo” con el Dalai Lama durante una rara visita al Tíbet, región en la que se acusa al gobierno central de una represión generalizada.