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Los padres de familia del sistema educativo


Por: Pedro René Almonte 

@Pralmonte

 En ocasiones nos toca sentir vergüenza ajena; en mi caso cada vez la siento con más frecuencia. A veces me siento avergonzado de los actos de algunos, y lo peor del caso es que los que deberían sentirse así, ni se inmutan, ni sienten, ni padecen por los que sufren las consecuencias de sus actos, que siempre son el eslabón más débil de la cadena: “Los pobres de solemnidad”.

Los dominicanos cuando escuchamos la frase: “Los padres de familia” en lugar de sentir que se habla de la cabeza familiar diseñada para llevar el sustento económico de sus hijos y su esposa, lo que nos llega a la mente es la presencia de los transportistas, esos individuos capaces de crear un caos una mañana cualquiera y provocar poca producción en las empresas, por dejar varados a muchos empleados (el eslabón más débil de la cadena).

Hace unos pocos días atrás, nos tocó presenciar otra versión de “Los padres de familia”, en esta ocasión: “Los padres de familia del sistema educativo”; hechos cuasi vandálicos coparon algunas regionales del sistema educativo, para ser más específico, en las provincias de: Azua, Cotuí y San Pedro de Macorís, sus otrora directores regionales de educación, demostraron ser de todo, menos educados. Por su parte la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), el sindicato que aglutina a casi todos los docentes de la educación pública dominicana, se resiste a los cambios transcendentales e históricos que viene haciendo el gobierno del presidente Danilo Medina y en este caso teniendo como brazo ejecutor al Arq. Andrés Navarro, encabezando el Ministerio de Educación. Ahora les tocó a los directores regionales, quienes fueron sustituidos por profesionales que demostraron en un proceso transparente, que con sus méritos, conocimientos y habilidades podían ser merecedores de esas posiciones. ¿Qué dominicano en su sano juicio no estaría de acuerdo con una medida así? Por supuesto que ninguno. Lo peor de todo es que esos actos perpetrados por los antiguos directores regionales, tendrán sus consecuencias, y quienes sufrirán, será el eslabón más débil de la cadena: Los estudiantes.

Desde aquí exhortamos que se sigan ejecutando, sin demora ni titubeos, los cambios que nuestro país necesita. Decirles a los maestros, a los de verdad, que se pongan siempre del lado de su país, porque si no lo hacen, sus propios estudiantes en algún momento se lo tomarán en cuenta.

 

 


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