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La salida salomónica del PLD


Por: Pedro René Almonte

Al rey Salomón de Israel se le reconoció siempre por ser sabio y justo, y es gracias a un acontecimiento que se narra en los escritos de la Biblia (I de Reyes), que sabemos que dicho rey toma una decisión bastante sabia, pero antes de tomarla hace gala de una habilidad política sin parangón, para luego sentenciar de manera justa y dar una respuesta impecable a la situación en la que se encontraba. Se dice que a donde el rey Salomón fueron dos mujeres que vivían en el mismo techo, y que tenían niños que habían nacido la misma noche; cuenta el capítulo 3 versículo 16-28 del libro de I Reyes que una de estas dos mujeres había robado el niño de la otra porque el de ella había muerto. Estando las dos mujeres ante el rey , alegando cada una ser la madre del niño vivo , Salomón se vio en una situación de duda porque no sabía a quién creer ; tampoco tenía prueba alguna para decidirse entre lo que decía una u otra , por lo que le surgió la idea brillante (la salida salomónica) ; mandó a buscar una espada y se dispuso a cortar al niño en dos , una mitad para una mujer y una mitad para la otra  ; una de las madres reaccionó diciendo que sí, que lo corte que no iba a ser de ninguna ; por el contrario la otra  prefirió ceder y permitir que la primera se quedare con el niño y de esta forma evitar su muerte . Después de ver estas dos reacciones tan diferentes, el rey Salomón caracterizado por su gran sabiduría, pudo darse cuenta quién era la verdadera madre del niño, e hizo devolverle su niño a la mujer que prefirió que viviera.

Del mismo modo, pudiéramos hacer una lejana comparación con la salida salomónica antes mencionada y una salida salomónica en el PLD; donde el PLD sería el niño vivo y se estaría decidiendo entre cortar al niño o dejarlo vivir. En las manos de dos personas estaría la toma de esta decisión; ya no sería el rey Salomón, pero habría que ser tan sabio con este rey para tomar la decisión correcta. Difícil sería decidir correctamente, si no se cuenta con cabeza fría y un gran sentimiento por el niño (PLD) para lograr tenerlo con vida. Más aun cuando cada parte, sea la “pequeña” o la “grande se piensa predestinada a que el cielo es suyo y soy “Yo” o que venga el diluvio. La verdad es que ante una realidad como la que está presente, lo sensato es abrir un tercer camino por donde el niño (PLD) pueda andar sin tropiezos ni sobresaltos.


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