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La Batalla de Santomé y la invasión haitiana


Por: Cristian Hidalgo

Luego de los 70 días de la Independencia Efímera; los haitianos nos mantuvieron 22 largos años bajo su dominio, hasta que desde el año 1838, un grupo de héroes dominicanos encabezados por nuestros Padres de la Patria, fraguaron una organización de carácter secreta que el 27 de Febrero de 1844, culminó nuestra esclavitud como pueblo. El Gobierno haitiano se negaba a asimilar y reconocer nuestra soberanía; es por ello que 14 días después, se producen una serie de invasiones del ejército haitiano para someternos nueva vez a su yugo opresor, lo que en nuestro país conocemos como “las batallas”.

El primer enfrentamiento armado se suscitó el 13 de marzo de ese año, entre el ejército haitiano y las fuerzas del pueblo dominicano en la lucha por la defensa de nuestra soberanía. Este enfrentamiento se conoce en nuestra historia como la Fuente de Rodeo, correspondiente a la provincia Bahoruco saliendo vencedor el ejército dominicano comandado por el general Fernando Tavera; sellando el 22 de diciembre de 1855 con la gloriosa Batalla de Santomé, en San Juan, bajo las directrices del General José María Cabral y Luna; y en el norte, el 24 de enero de 1856 con las Batallas de Sabana Larga y Jácuba, comandadas por los generales Luis Franco Bidó, Pedro Florentino y Lucas Peña.

Monumento erigido a los héroes de la Batalla de Santomé, a la entrada a la ciudad de San Juan de la Maguana por su lado Oeste.

Por ello, los primeros 12 años de nuestra vida republicana, fueron de guerra contra Haití; cada cierto tiempo organizaban invasiones militares, sin embargo, luego de las contundentes victorias nuestras el 22 de diciembre del 55 y 24 de enero del 56, los haitianos se convencieron que era inútil seguir batallando una guerra que ya habían perdido. En la Batalla de Santomé, el ejército haitiano estaba compuesto por unos 12,000 hombres, mientras que el dominicano apenas estaba formado por una tercera parte de esa cantidad; no obstante, 7 de cada 100 haitianos dejó su vida en el territorio bélico.

Al conmemorarse este 22 de diciembre el 162 Aniversario de la Batalla de Santome, se hace necesario recordar esos hechos históricos que aunque por algunos conocidos, por otros son ignorados; pero muy especialmente por esa juventud dominicana que viene subiendo con sentimiento patriótico. La Batalla de Santomé es emblemática en nuestra guerra de independencia, además de ser una de las más sangrientas, por el histórico momento en que el General Cabral y Luna se batió en duelo a machetazos con el general haitiano Antoine Pierre, a quien obligó a bajar de su caballo, para enfrentarlo cuando pretendía retirarse del campo de batalla.

El General Cabral, en cuyo honor fue nombrada precisamente la calle en que se convierte la carretera de acceso a la ciudad de San Juan de la Maguana desde la zona Oeste en donde se produjo la batalla, era un reconocido valiente guerrero, que al enfrentarse cuerpo a cuerpo con el General Pierre, lo decapitó de un golpe, sellando así el triunfo dominicano. Es de gran relevancia destacar, que en esta gesta patriótica, debutó con apenas 19 años de edad, un joven militar nativo de Bani, el generalísimo Máximo Gómez, quien posteriormente se vistió de gloria en las luchas independentista de Cuba en el 1895.

Se hace urgentemente necesario, que el gobierno dominicano cree políticas públicas para que el esfuerzo desplegado por los padres de nuestra Patria no haya sido en vano. Al día de hoy, la parte oriental de nuestra isla está pacíficamente invadida por más de un millón de ilegales haitianos, ante la mirada inherente de las autoridades, quienes además se lucran con el tráfico de ellos hacia nuestro país. De seguir así las cosas, un día despertaremos y nos encontraremos con un moreno armado en la puerta de salida de nuestras casas que nos dirá: “uté no podé salí, polque sel mi plisionela”.

La del 1822, no fue la única vez que Haití ocupó militarmente a la República Dominicana, ya lo había hecho en ocasiones anteriores. El 26 de enero del 1801, Toussaint Louverture personalmente a la cabeza de más de 10 mil hombres, invadió nuestro territorio. Esos episodios no deben ser repetidos, lo que nos ha costado lágrimas de sangre debemos defenderlo hasta con nuestras propias vidas. Si el gobierno se hace indiferente, cada uno de nosotros debemos con ojo avizor mantener nuestra alerta.


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