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¡El Delincuente Político!


Por: Daygorod Fabián

Jean Jacques Rousseau en su obra “Contrato Social” nos define y analiza al “Delincuente Político” el cual pienso observarlo, con fundamentos filosóficos de Rousseau, pero adaptado a nuestro contexto actual.

La historia ha demostrado que se le presta más atención a la grandeza de los hombres que a la magnitud de las naciones. En países extremadamente pobres existen individuos, por lo general ligados al campo político, inmensamente ricos. Esto no quiere decir que esté mal o sea mal habida la riqueza, pero como veremos en líneas más abajo existe una conexión entre el “Delincuente Político” y este devenir.

Podemos inquirir o no, para buscar respuestas que satisfagan nuestras inquietudes en este sentido, pero hay algo muy cierto y es que el abuso – en cualquier aspecto – del gobierno estriba en su inclinación a degenerar.

La tétrica no ocupa la mente de los que se benefician del Estado (en demasías), pero la voluntad particular derrumba la general, convirtiéndose en un esfuerzo continuo del Gobierno contra la Soberanía del Pueblo. En la medida que este esfuerzo aumenta, se amplía la intención del “Delincuente Político” de adaptar las leyes a su marco de circunstancias. ¿Por qué piensan ustedes, amigos lectores, que se modifica tantas veces la Constitución? ¿Por qué ya se está hablando de una posible reelección del Presidente Medina?

La filosofía, la ciencia y la historia nos han mostrado que sólo hay dos caminos para la creación terminada del “Delincuente Político” primero cuando el Estado se concentra y segundo cuando el Estado se disuelve.

La República Dominicana atraviesa ese proceso: la concentración de poder. El diferir respecto de las acciones del gobierno y la oposición en este país caribeño no es tan visible, apenas se distinguen en la ejecución presupuestaria que está en manos de uno y de otros no.

Democracia-Aristocracia-Monarquía…

Cuando la concentración del Estado figura en un pequeño grupo, simplemente se esgrimió, silenciosamente, el proceso de pasar el poder del pueblo a una pequeña caterva – por ejemplo el CP del PLD – este pequeño conjunto de supuestos aristócratas, entienden que son los únicos con las cualidades para gobernar y que el pueblo sumergido en su yerro no puede dirigir su propio destino.

 

Dicho de otra forma pasamos de la Democracia a la Aristocracia. El proceso inverso nunca ha sido posible con los mismos actores. Dentro de este anillo de poder, hay alguien que da las ordenes, ese alguien a su vez entiende que el pueblo se encamina a un patíbulo si no toma el control para manejar las riendas de la población.

Además ese alguien manifiesta en su acción diaria y continua que los que lo acompañan no tienen las debidas cualidades para suplantarle, se considera un monarca.  De esa forma la aristocracia deja de existir, se abole, y da lugar a la monarquía (en sus diversas manifestaciones). Considero que de no detener, lo que sucede actualmente, estamos en ese camino.


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