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Descaro, payasería y complicidad del procurador Jean Alain…


Por el periodista Salvador Holguín 

Diciendo “Lo que otros Callan”

La semana pasada el Procurador General de la República, Jean Alain Rodríguez, pidió al juez de la Instrucción Especial de la Suprema Corte de Justicia, Francisco Ortega Polanco, que les dé cuatro meses más para terminar la investigación del caso Odebrecht y sus imputados; Ángel Rondón Rijo, Víctor Díaz Rúa, Alfredo Pacheco, Temístocles Montás, Radhamés Segura, Andrés Bautista, Ruddy González, Conrado Pittaluga, Máximo D´Oleo, César Sánchez, Bernardo Castellanos de Moya, Roberto Rodríguez Hernández, Julio César Valentín y Tommy Galán, lo que confirma que Jean Alain Rodríguez preparó un expediente que a todas luces representa descaro, payasería y complicidad, carente de pruebas y soporte jurídico, además metió en el mismo a mansos y cimarrones…

Es evidente que el Procurador Jean Alain Rodríguez preparó un expediente del caso  Odebrecht mostrenco, sin sustento legal para favorecer la mafiosa empresa brasileña y a los que la dirigían en el país, encabezada por Ángel Rondón. Jean Alain justifica su ineptitud inducida a que todavía a la fecha están a la espera de diligencias procesales, así como peritajes para poder sustentar un escrito acusatorio en contra de los señalados de recibir US$92 millones de dólares en soborno de la multinacional, para favorecerlos con obras del Estado dominicano en los gobiernos de los presidentes Hipólito Mejía (2000-2004), Leonel Fernández (2004-2012), y Danilo Medina (2012-2014).

En sus argumentos justificativos el jefe de la investigación, Jean Alain Rodríguez, dijo: “Se evidencia con toda certeza que las diligencias pendientes son de vital importancia para el proceso en cuestión y que sus resultados no han podido ser obtenidos aún por el órgano de investigación, lo que ha impedido que sean practicadas otras diligencias procesales propias de la labor investigativa que se deriven de dichas investigaciones; encontrándonos en consecuencia al momento, en la dificultad material de completar la investigación y presentar los actos conclusivos en forma adecuada y objetiva”, en pocas palabras, en el escándalo de corrupción más grande de la historia dominicana como el de la mafia de Odebrecht, mediante sobornos y sobrevaluación, no hay caso por falta de pruebas. En un país que funcionara, tendría que renunciar o en consecuencia ser destituido por incapaz.

Los planes sombríos en contra de la institucionalidad del Estado, el sistema de justicia y la lucha contra la corrupción e impunidad, lo dirige el representante del Ministerio Público, Jean Alain Rodríguez, los cuales constituyen una desfachatez y complot. Dicha conjura la delató la jueza de la Suprema Corte de Justicia, Miriam Germán, cuando hizo duras críticas al expediente de Odebrecht formulado por el Procurador, con su voto disidente a medidas de coerción, la magistrada expresó: “Mal juez sería yo si dejara de actuar conforme a la Constitución, y lo que es más grave, conforme a mi conciencia, frente a una sentencia que considero vulnera derechos fundamentales. En mi ejercicio como juez tengo un pequeño espacio donde soy mi propia dueña y que no se lo sedo a nadie”.

No se explica cómo es que en todos los países de América Latina donde Odebrecht sobornó y sobrevaluó obras del Estado, han sido investigados, procesados y han caído presos los vinculados, incluyendo presidentes y expresidentes como  Dilma Rousseff, Luiz Inácio Lula da Silva, Ollanta Humala, Juan Manuel Santos, Ricardo Martinelli , Alejandro Toledo, Mauricio Funes, Michel Temer, Alan García y Pedro Pablo Kuczynski. En República Dominica donde operó y asesoró el delincuente internacional Joao Santana, el “creador de presidentes”, no ha pasado nada, eso tiene una sola explicación y es que ha habido componenda, constituida en asociación de malhechores con las autoridades dominicanas que están para perseguir el crimen organizado y la corrupción en esta nación, saqueada por un grupo de peledeistas que se desviaron, actuando alejados de la enseñanza de su mentor y guía el profesor Juan Bosch, un referente de moralidad e integridad en este país.


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