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Aumenta el nerviosismo en Palacio Nacional ante inminente salida del poder


Santo Domingo. – Las impredecibles fuerzas del destino al parecer se han conjurado en la dirección de impedir la continuidad de Danilo Medina en la presidencia de la República Dominicana.

Tras el mandatario decir a finales del año pasado que plantearía su postura sobre la reelección en marzo del presente año, todo lo que ha ocurrido desde aquel momento ha ido en contra de las posibilidades de que éste retenga el poder en el 2020.

Vemos como los principales núcleos políticos de la oposición en alianza estratégica con el ex presidente Leonel Fernández, quien encabeza la oposición a lo interno del oficialismo, se han unido para evitar el zarpazo constitucional que podría fulminar este estado mínimo de cosas que aún prevalecen en la República Dominicana.

Una nueva modificación constitucional, la cual sería la tercera que se hace en apenas nueve años, podría crear un estado de incertidumbre jurídica e inestabilidad política, económica y social de consecuencias inimaginables.

A sabiendas de esto y a pesar de que tiene la mirada puesta en los plazos fatales contemplados en las nuevas normativas que regulan la actividad político electoral en el país, el presidente Medina aún no se ha decidido sobre la conveniencia de someter el proyecto de reforma constitucional o apoyar una tercera vía que a lo interno de su partido contenga el avance avasallante de quien pudiera ser su gran verdugo.

Esta confusa indecisión, de quien ha sido considerado como el gran estratega político del partido oficialista, mantiene a los principales funcionarios palaciegos en un peligroso estado de nerviosismo y temor por lo que pudiera ser una salida humillante del poder.

El nerviosismo es tal que la semana pasada uno de los principales voceros de la reelección sufrió un bajón de la presión en pleno Palacio Nacional. De esta situación engorrosa, ningún medio se hizo eco ya que se manejó con total hermetismo entre las paredes de una oficina palaciega. Llamen al 911 voceó una persona a lo que otro dijo «nada de 911 coño después sale en la prensa».

Mientras todo eso ocurre en el Palacio de la presidencia, en el Congreso Nacional están apostadas las fuerzas armadas por orden directa de su jefe supremo, el cual fue advertido por los organismos de inteligencia sobre la trama que habría de penetrar y saquear las instalaciones de este poder del Estado.

A pesar de todo esto, y como pretendiendo dar la impresión que no le preocupa en lo más mínimo que un nuevo chispazo encienda aún más este escenario nacional turbio, el presidente, tras preguntársele cuando fijará una posición sobre el tema de la reelección, se atinó a decir «casi, casi».

 


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