Internacional

Unión Europea guarda un discreto silencio luego del discurso de Puigdemont


Bruselas.- Las instituciones europeas guardaron silencio tras el discurso del presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, que suspendió la declaración unilateral de independencia luego del referendo del 1 de octubre prohibido por el Tribunal Constitucional español.

Horas antes del pronunciamiento del presidente catalán, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, le había pedido evitar cualquier decisión que dificultara un diálogo, reiterando su apoyo al gobierno español en su pulso con los independentistas.

«Hoy le pido que respete en sus intenciones, el orden constitucional de España y que no anuncie una decisión que vuelva tal diálogo imposible», subrayó Tusk en un llamado dirigido a Puigdemont, ante el Comité Europeo de las Regiones (CDR).

Los europeos consideran ilegal el referendo independentista celebrado en Cataluña el 1 de octubre, pese a la suspensión del Tribunal Constitucional español y que el gobierno de Rajoy intentó evitar mediante acciones policiales que dieron la vuelta al mundo.

A pesar de alguna crítica a la violencia policial y llamados al diálogo, los 28 cerraron desde entonces filas con Madrid. Pero la preocupación sigue latente en un bloque que enfrenta su mayor crisis política, la negociación del divorcio con Reino Unido, y mantiene pulsos con países del Este como Polonia y Hungría.

«La crisis en España podría debilitar Europa», advirtió el jefe del CDR, Karl-Heinz Lambertz. «La diversidad no debe ni tiene que conducir a conflictos, cuyas consecuencias obviamente serían malas para los catalanes, para España y para toda Europa», advirtió Tusk en su llamado a Puigdemont.

La fuerza de los argumentos 

Ante la posibilidad de una declaración unilateral de independencia por parte del presidente catalán, las instituciones europeas redoblaron sus esfuerzos horas antes de su discurso para evitar ese escenario, llamando a su vez a un diálogo en España pero sin ofrecerse a mediar.

Como apuntó el mandatario francés, Emmanuel Macron, en la ciudad alemana de Fráncfort, «si la Unión Europea interviniera estaría tratando en pie de igualdad» al presidente catalán y al jefe de gobierno español, Mariano Rajoy».

El único en ofrecer la mediación, a la que «todo el mundo está dispuesto», fue el ministro de finanzas austríaco, Hans Jörg Schelling, con una única condición, clave en este club de Estados. «Si España lo pide», precisó a su llegada de una reunión del Consejo de la Unión Europea en Luxemburgo.

España no tardó en rechazar ese ofrecimiento de boca de su ministro de economía, Luis de Guindos, quien en la capital luxemburguesa explicó que «el planteamiento del gobierno español en estos momentos no es un tema de mediación, es un tema de vuelta a la legalidad», dijo de Guindos, antes del pronunciamiento de Puigdemont.

Los europeos se limitaron así a llamar al diálogo y a evitar el uso de la fuerza, con las imágenes de la actuación policial, todavía fresca en la memoria. Macron dijo, en este sentido, confiar en una solución pacífica ante el acto de fuerza del gobierno catalán.

«La fuerza de los argumentos es siempre mejor que el argumento de la fuerza», aseguró Tusk, quien dijo hablar como titular del Consejo Europeo, pero también como «un regionalista», «un hombre que sabe qué se siente al ser golpeado por un bastón policial» y como ex primer ministro de Polonia.

Inaceptable declaración

Carles Puigdemont reclamó también una mediación internacional para solucionar la crisis, durante su discurso en el que, en cambio, se mostró decidido a llevar a Cataluña hacia una República independiente, llamando a su vez al parlamento regional a suspender los efectos de la independencia para propiciar un diálogo.

Aunque las instituciones comunitarias todavía no se pronunciaron, algunos eurodiputados como el jefe de filas del Partido Popular en el Exterior PPE, Manfred Weber, o los Verdes llamaron al diálogo. «Los movimientos unilaterales sólo pueden agravar las cosas», agregó el líder de la formación.

El canciller italiano, Angelino Alfano, rompió el silencio reinante para condenar en Twitter la «inaceptable declaración unilateral de independencia catalana» y expresar su confianza en Rajoy para «garantizar los derechos de todos los ciudadanos».

Los europeos han reiterado en numerosas ocasiones que cualquier solución debe pasar por el marco jurídico de España, cuyo Tribunal Constitucional había suspendió la celebración del referéndum, en el que según el gobierno regional se impuso el sí a la independencia con el 90% de los votos.


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