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Unidad del PLD continua en la cuerda floja tras enfrentarse a nueva prueba con la escogencia del bufete directivo en la Cámara Diputados


SANTO DOMINGO. – La unidad del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), ya maltrecha, volverá a pasar una nueva prueba, en alrededor de dos semanas, cuando el 16 de agosto corresponda la escogencia de los bufetes directivos de las cámaras legislativas, a propósito de la instalación de la legislatura ordinaria para el siguiente y último período de este cuatrienio.

Hay de por medio un acuerdo, refrendado por el Comité Político (CP) del PLD, que establece la alternabilidad de la presidencia de la Cámara de Diputados, cuyo cumpliendo pareciera estar en juego esta vez, por una situación de interés político muy particular que pudiera asumir uno de los dos liderazgos que antagonizan a lo interno del partido morado.

Según el orden establecido en el referido acuerdo de los 15 puntos, corresponde al diputado Demóstenes Martínez, leal al sector Leonel Fernández, presidir la Cámara Baja a partir del próximo 16 de agosto, pero hay incertidumbre, justificada o no, de que el compromiso sea honrado.

La duda radica en un temor: La eventual persistencia del danilismo en aprestos para intentar la “vapuleada” reforma constitucional, esta vez para habilitar al presidente Danilo Medina, contra quien pesa un transitorio en la Carta Magna de que “nunca jamás” podrá presentarse como candidato a la presidencia de la República.

Con la presidencia de la Cámara de Diputados en poder del leonelismo, los obstáculos que ya confronta el empeño de una modificación constitucional es seguro que se incrementarán, trancándole más el juego a quienes empujan a favor de tocar el texto de la Carta Sustantiva de la nación.

Motivado por la propuesta a favor del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) y el endoso del expresidente Hipólito Mejía para que se habilite a Medina a partir del 2024, el danilismo no desaprovechará la oportunidad de intentar una vez más pasar la reforma constitucional, y sabe que, preservando la presidencia de la CD, disminuye las dificultades que se le presentarían.

Por ello, estaría sobre la mesa del sector Danilo Medina el interés de prolongar en la presidencia de la Cámara Baja al actual incumbente, Radhamés Camacho, un incondicional probado del actual presidente de la República.

Hacerlo, sin embargo, implicaría un rompimiento del acuerdo de alternabilidad, quizás en el peor momento hasta ahora de la crisis que sacude al PLD, y arrojaría prejuicios y dudas respecto a la “palabra empeñada” o estampada por el sector Danilo en el pacto de los 15 puntos, a partir del cual se han sucedido en la presidencia de la Cámara Baja Lucía Medina (danilista), Rubén Maldonado (leonelista) y Camacho (danilista).

La legislatura que comienza este 16 de agosto, con lo impredecible de los resultados de las elecciones del 2020, será el último año de control de la Cámara de Diputado por parte del PLD, lo mismo que del Senado de la República, donde también el oficialismo tiene mayoría.

 


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