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Trump inicia su primera gira por Asia bajo la amenaza de Corea del Norte


EE.UU.-Cuando se cumple un año de su victoria electoral, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, empieza este fin de semana su primera gira por Asia. Tras criticar la deslocalización de fábricas americanas en los países orientales para ganarse a los votantes perjudicados por la globalización, el magnate se pliega a los intereses de la «realpolitik» y acude a la zona con mayor crecimiento económico y población del mundo. Buena prueba de su interés es que lo hace, además, en un viaje largo que durará casi dos semanas y le llevará a cinco países: Japón, Corea del Sur, China, Vietnam y Filipinas.

Como no podía ser de otra manera tras un año de tensión constante, la amenaza nuclear de Corea del Norte y las siempre difíciles relaciones con China marcarán la visita del presidente Trump. Frente a dichos retos, el inquilino de la Casa Blanca estrechará su alianza con Japón y Corea del Sur, países donde el Pentágono tiene destinados unos 87.000 soldados y a los que en campaña electoral había exigido más dinero para su defensa. Ahora habrá que ver si Trump se acuerda de aquellas demandas durante su visita. De igual modo, y a pesar de su discurso proteccionista, participará en dos cumbres internacionales con fuerte contenido económico y comercial. La primera es la del Foro de Cooperación Económica de Asia y Pacífico (APEC), que se celebra el día 10 en Vietnam. Dos días después, está invitado en Filipinas a la reunión de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean).

De camino a Asia, Trump hizo escala este viernes en Hawái, donde fue informado por el Alto Mando de EE.UU. en el Pacífico y visitó el monumento del USS Arizona, uno de los barcos hundidos por Japón en su ataque a Pearl Harbor durante la Segunda Guerra Mundial.

Japón: más presión sobre Kim Jong-un

Tras esta escala, la gira asiática de Trump arranca este domingo en Japón, donde se reunirá con el primer ministro Shinzo Abe, recién reelegido en los comicios celebrados el 22 de octubre. Además de comprometerse a seguir ejerciendo la máxima presión sobre Corea del Norte para detener su programa nuclear, abogarán por «promover el libre comercio en la región indo-pacífica». Así lo acordaron en una conversación telefónica tras el triunfo de Abe, según ha informado la Casa Blanca.

En medio de estos asuntos, tendrán tiempo de profundizar su amistad jugando al golf, como ya hicieron cuando Trump invitó a Abe a su mansión de Mar-A-Lago, en Florida. Abe, que fue el primer mandatario extranjero en visitar al magnate tras ganar las elecciones, parece haber desarrollado una sintonía especial con él gracias a estas aficiones comunes. Acompañado de Abe, Trump no solo se reunirá con personal militar estadounidense para conocer de primera mano la amenaza norcoreana, sino también con familiares de japoneses secuestrados en los años 70 por el régimen estalinista de Pyongyang.

«Las relaciones bilaterales de seguridad van bien, pero Japón no tiene claro que las sanciones sobre Corea del Norte estén funcionando porque Kim Jong-un sigue adelante con su desafío y en un año tendrá un misil capaz de llegar a EE.UU.», analizaba recientemente para ABC Tetsuo Kotani, del Instituto Japonés de Asuntos Internacionales.

Corea del Sur: sin visita al Paralelo 38

Después de Japón, el presidente estadounidense volará el martes 7 a Corea del Sur, su otro gran aliado en la región. En primera línea del frente ante las provocaciones del joven dictador Kim Jong-un, Trump se entrevistará con su homólogo surcoreano, Moon Jae-in, y dará un discurso en la Asamblea Nacional. Al igual que en Japón, conocerá a algunos de los soldados estadounidenses acantonados en este país al visitar el Campamento Humphreys, a 60 kilómetros al sur de Seúl, pero no acudirá a la Zona Desmilitarizada en la frontera del Paralelo 38. A solo unos pasos de los militares norcoreanos, la última frontera de la Guerra Fría es una parada obligatoria para todos los presidentes y políticos estadounidenses que viajan a Corea del Sur, pero la explicación oficial es que no hay tiempo para dicha visita, que se antojaba sumamente morbosa dado el carácter explosivo de Trump.

China: mediación con Pyongyang

El miércoles 8, el magnate aterrizará en Pekín, donde el presidente chino, Xi Jinping, lo agasajará con los más altos honores al día siguiente en el Gran Palacio del Pueblo. Además de volver a insistirle a Xi Jinping para que medie con Corea del Norte, Trump abordará el gigantesco déficit comercial que EE.UU. tiene con China, habitual motivo de pugna entre ambas superpotencias. El expansionismo del régimen de Pekín por el Mar del Sur de China y la tensión que provocan sus disputas territoriales serán también analizados por ambos mandatarios.

Vietnam: comercio indo-pacífico en la cumbre APEC

El viernes 10, Trump volará a Vietnam, donde participará en la cumbre del Foro de Cooperación Económica de Asia y Pacífico (APEC) que se celebrará en Danang. Según anuncia la Casa Blanca, en su discurso presentará su visión para fomentar el libre comercio en la región indo-pacífica. Un mensaje que despierta curiosidad porque Trump, que había defendido el proteccionismo, se retiró del Tratado Transpacífico de Libre Comercio ideado por Obama nada más llegar al Despacho Oval. Después de la cumbre, el presidente viajará hasta Hanoi, donde se encontrará con su homólogo vietnamita, Tran Dai Quang.

Filipinas: Asean y «guerra contra la droga»

Su periplo asiático concluirá los días 12 y 13 en Manila, donde asistirá a la cena de gala de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), que celebra su medio siglo de vida y los 40 años de relaciones con EE.UU. Como colofón, Trump se entrevistará con el presidente filipino, Rodrigo Duterte, quien insultó el año pasado a Obama y rompió su alianza histórica con la Casa Blanca para girar hacia China. Muy criticado por su «guerra sucia» contra la droga, en la que camellos y adictos son ejecutados extrajudicialmente en las calles por «escuadrones de la muerte», el populista Duterte ha encontrado la horma de su zapato en otro personaje igual de impredecible como Trump. Durante las dos próximas semanas, Asia le espera.


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