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¡Silencio del PLD ante el problema haitiano!


Por: Daygorod Fabián

La inexistente o mustia defensa de nuestra dignidad (a título de soberanía) es aprovechada y se refleja en el poco respeto que los ¿dominicanos de ascendencia haitiana?  Manifiestan en sus proclamaciones, sólo que esta vez acudieron por ante o frente al Parque de la Independencia. Más que una actividad en reclamo de sus derechos – ¿? – esto obviamente en materia interrogativa, es una ofensa al significado histórico, patriótico y moral que representa el citado monumento.

No es ocioso señalar que este hospedaje Patriótico fue el escenario de uno de los primeros actos de Independencia, además de ser uno de los primeros lugares donde se izó la Bandera Nacional (Puerta del Conde). Si partimos de ese espectro de ideas consideraríamos como una injuria el hecho de tomar ese escenario para hacer requerimientos – orquestados, ahora con menor fuerza, producto del cambio geopolítico, por agentes que tienen como único fin destruir la Rep. Dom. Tal y como fue concebida en las ideas de Duarte – totalmente alejados de nuestras leyes migratorias.

Se podría considerar, sin ningún temor a equívocos, que nuestra soberanía es vista como algo insignificante y por tal motivo organismos (que siempre dicen estar preocupados por Haití) internacionales e internos pretenden, con un alto grado de tino, birlar lo que tenemos y conocemos como soberanía. En ese sentido me gustaría reproducir un parte de un escrito, de mi autoría, donde abordé este mismo tema hace apenas unos meses atrás.

 Cuota del PLD en el Problema Haitiano

 El ancestral problema entre dos pueblos vecinos, como son Haití y República Dominicana, ha tomado connotaciones de gravedad latente a raíz de que el incontrolable éxodo de ese país hacia la nación dominicana resulta violatorio a las leyes migratorias y laborales.

Aun peor, es atentatorio contra la Soberanía del último: mi país. En tal sentido recordemos que este problema es viejo, pero tomó mayores auges luego de la emisión de la sentencia del Tribunal Constitucional No. 168-13, la cual fue vista tanto desde el ángulo de los organismos internacionales, contrarios a los intereses dominicanos, como por colaboradores internos auspiciados por EEUU y otras agencias foráneas, como un acto de racismo y lesa humanidad.

Ante esto, y bajo los enfoques liberales del partido oficial, se ha permitido barrer el piso con nuestra dignidad en términos diplomáticos y de autoridad. Para nadie es un secreto que contamos en la actualidad con más de un millón de haitianos, todos sin nada que los identifique y fundamente para permanecer en nuestra nación y gozar de los beneficios que ostentan los Nacionales Dominicanos.

Nos han acusado de ser propulsores de apátrida y en esa dirección es correcto hacernos dos preguntas: a) ¿Tenían Nacionalidad Dominicana los migrantes haitianos antes de la emisión de la referida Sentencia Constitucional? b) ¿Qué ha hecho el partido oficial para defender nuestro derecho a emitir y hacer cumplir leyes migratorias y desmontar la falacia de que somos racistas?

Considero firmemente que el partido oficial no ha hecho nada para la situación que señala el escritor e historiador Manuel Núñez Asencio, que cito a continuación:

 “Toda esta mudanza del pueblo haitiano a nuestro territorio no hubiera podido concretarse sin la existencia de una red de ONGS,  cuya tarea ha sido  acorralar, desacreditar, humillar, hacer pasar por las horcas caudinas al Estado dominicano; criminalizar la defensa de nuestros derechos y mantenernos en una circunstancia de reo internacional, que pueda permitir el derrumbe total de la soberanía dominicana bajo el estereotipo de que se trata del combate a un Estado que practica el apartheid. Es decir, convirtiendo la catástrofe de otro país, en un problema interno de la República Dominicana”


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