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Rindiendo cuentas de las omisiones


Por: Guillermo Caram

Aparte de no mencionar la corrupción, especialmente la admitida por ODEBRECHT cuestionada internacionalmente, el presidente Medina tampoco se refirió en su rendición de cuentas, a las amenazas que penden sobre nuestra economía reconocidas por las dependencias estatales bajo su mando, como si estas amenazas ni las dependencias existieran.

Partiendo de la fiscalidad deficitaria. Los gastos corrientes, ascendentes a RD$522 mil millones, consumieron 97% de los RD$539 mil millones ingresados; permitiendo un excedente de apenas RD$ 17 mil millones que no alcanzaron para financiar amortizaciones e inversiones. Los gastos totales ascendieron RD$651 mil millones que, comparándolos con los ingresos, faltaron RD$ 112 mil millones para cubrirlos. Sumados los faltantes del sector público consolidado, incluyendo Banco Central, el Balance Fiscal arrojó saldo negativo de RD$ 160 mil millones equivalentes al 4.5% del PBI.

La deuda pública aumentó en 2017, US$2,786millones elevándose a US$29,544millones. Sumándole la deuda del Banco Central con agentes económicos alcanza el orden de los US$40milmillones, 54% PBI.

Comparando la deuda publica actual con la de Diciembre/2012, US$19,463millones, el presidente Medina la incrementó en US$10,081millones, un 52%; siendo responsable, en consecuencia, de la tercera parte de la deuda total en apenas sus 5 años de gestión. Cada año de gobierno del presidente Medina implicó endeudamiento por US$ 2040 millones mientras el promedio de los otros169 años restantes como nación fue 18 veces mayor: de US$115 millones.

De los US$2198millones que se recibieron por endeudamiento externo, hubo que tomar 61% de esa nueva deuda para pagar deuda vieja. Solo quedaron en el país US$866millones:39% de lo recibido. Incluyendo intereses, se pagaron US$2343millones: pagamos Mas de lo que se recibió.

La deuda interna creció en el período gobernado por el presidente Medina en US$3690millones atraídos por los altos intereses pagados por el gobierno, 12.5%, que distorsionaron el mercado financiero, fortaleciendo la economía especulativa, sacrificando la productiva.

Durante 2017 se le prestó al gobierno 86% más que a los productores agropecuarios y 16% más que a industriales. Los préstamos al consumo fueron 2.8 veces los dirigidos a la suma de los préstamos a la producción agrícola e industrial. Y el comercio consumió 85% más que el crédito a productores.

Encima que los recursos del sistema financiero siguieron su tendencia creciente para sufragar déficits fiscales, somos el único país del mundo en que la bolsa de valores, en lugar de utilizarse para compra-vender acciones y hacer negocios entre empresas privadas, tenga como comprador exclusivo al Estado; información confirmable cada lunes en la primera página de la sección económica de este periódico.

Otra manifestación que la economía especulativa sigue tomando fuerza es el aumento de US$1206millones de préstamos dentro de la cuenta financiera de la Balanza de Pagos.

Las consecuencias del sacrificio de la economía productiva son inmediatas: las exportaciones nacionales agrícolas e industriales apenas ascendieron a US$2660millones, mientras los bienes de consumo y materias primas remontaban US$11635millones.

Por esa exaltación a la especulación financiera, la mora subió durante 2017 al 2%, a pesar de los refinanciamientos implementados dentro de la liberación de encaje dispuesta por el Banco Central.

Ninguna de estas amenazas fue tratada en el discurso de rendición de cuentas del presidente Medina, cuando el mandato constitucional (Art. 114) le ordena “rendir cuentas…de la administración presupuestaria, financiera y de gestión” del año transcurrido.

 


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