Noticias

RD: Sociedad en declive


Por: Mariano Abreu

Cuando una sociedad está en declive empieza a dar signos de debilidad social, moral y económica.

Vemos cómo nuestra amada República Dominicana ha ido, poco a poco, cambiando los estándares por los cuales ganaba reconocimiento nacional e internacional; ya no somos ese pueblo que hace unas décadas atrás se presentaba como una nación alegre, que celebraba por igual sus penas y sus alegrías, somos una nación envenenada por las drogas que están inyectando cada rincón de la nación incluyendo sus clubes y escuelas.

Una nación enferma, que ha llegado al punto de que cuando alguien se accidenta se tiene miedo del que va a “auxiliarlo” por qué últimamente lo que hacen es despojar al accidentado de sus pertenencias; ya no somos esa nación que servíamos y nos servían las direcciones de un lugar, cuando estábamos confundidos en algún barrio o ensanche, pues el que se nos acerca a preguntar les tenemos miedo y ya no preguntamos por temor a pararnos y bajar las ventanillas.

Una sociedad apática, carente de solidaridad, donde prefieren grabar al que le está dando golpe a una mujer en lugar de llamar ayuda o auxilio para detener tal vileza.

¿Qué pasó con mi pueblo? ¿Dónde dejamos la cortesía, la caballerosidad, la solidaridad? ¿Qué pasó, donde nos perdimos?

Estamos apegado a que nos den, a lo fácil, nos hemos acostumbrado al asistencialismo, hemos descendido en muchas cosas incluyendo la educación en casi todos los pilares de la misma; cada día leemos menos, articulamos menos ideas, ya no hay grandes debates de temas, ya no hay conceptualización, somos un pueblo simplista con una visión miope o cortoplacista apegado al: ¿Cuánto hay para mí?

¡Qué pena, que gran pena!

Qué pena que me haya tocado vivir en una sociedad sin alma, sin norte, dejada en manos de lo peor de la sociedad latinoamericana: Sus políticos, los cuales alimentan esas debilidades aprovechándose de ellas y cultivando cada día más el individualismo, inyectando cada día, milímetro a milímetro: corrupción, falsedad, mentira, traición y una alta dosis de dependencia casi narcóticas al sistema, nos convertimos en una sociedad parecida a un enfermo de drogas que por su enfermedad prefiere más de eso a romper con eso, aun sabiendo que es malo y no le hace bien.

La sociedad de la mentira social, con un mayúsculo porcentaje de familias disfuncionales, con hijos huérfanos de padres vivos, de profesores mediocres y mal formados, con un sistema de salud involucionando permitiendo que enfermedades, que hace décadas se erradicaron, vuelvan a tener presencia, de abogados abusadores y jueces corruptos, de empresarios corruptores en contubernio con políticos corruptos, de una oposición sin visión, egocéntrica, añejada en un consomé de palabrerías mediáticas, sin seguidores y sin liderazgo.

Luce catastrófico y apocalíptico lo que describo precedentemente, solo espero estar equivocado y que esté escrito algún día me dé en la cara y yo un día poder decir: Estaba equivocado, no es como yo pensaba.

Cabe señalar que quien escribe este artículo no es pesimista, ni bajo ningún concepto es un acto de claudicación, son mis reflexiones “en voz alta” o mejor dicho escritas, para llamar la atención a mis compatriotas habitantes de esta hermosa y amada República Dominicana, tantos a los que viven aquí y aquellos que por razones económicas han tenido que emigrar a otros países.

Cada día hay menos clubes sociales, pero más bancas de loterías y de apuestas, hoy la deserción escolar y universitaria es mayor.

¡Si no cambiamos hoy, no habrá mañana!

 


Botón volver arriba