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Pensando Hoy…


Por: Manuel Valdez

La ideología de género: Es un atentado contra la fe cristiana, la familia, la moral, y la soberanía de la república dominicana.

Postulado 1. Dios nos hizo esencialmente iguales y funcionalmente diferentes, pero nos hizo gentes.

Postulado 2. El diseño de Dios para la vida humana no admite arreglos en cuanto a lo que implica ser hombre o mujer. La vida de un ser humano es de valor absoluto, sea hombre o sea mujer.

Postulado 3. Tú no eres desigual, ni ejerce el derecho de pensar y tener derechos sociales, porque eres hombre o mujer. Más bien, piensa porque eres sencillamente un ser humano igual a ti mismo y diferente a los demás en absoluta conexión existencial con tus semejantes.

Postulado 4. Esa conexión existencial debe ser bajo códigos de fe y valores compartidos amparados en un contrato de valores que permita el mantenimiento del orden público y la preservación de la familia como institución sagrada y patrimonio universal.

Postulado 5. Los esquemas sociales más universales e históricos, son vinculantes y obligan al ser humano a vivir y pensar en colectivo sin menoscabar su individualidad.

La ideología de género atenta contra esos fundamentos y persigue la igualdad por un camino tristemente equivocado.

El estado debe ser un garante del bienestar, no un atacante. Es función del estado y del gobierno garantizar la integridad territorial y el bienestar moral de la sociedad. El estado, el gobierno, o la sociedad misma, como entidad humana corporativa no puede diseñar un modelo social para cada persona o género. Más bien, es deber del estado y del gobierno acoger legislaciones integrales que fortalezcan la sana convivencia, y políticas públicas integrales que reflejen el respeto por la vida; y nunca, pero nunca, dar paso a aquellas legislaciones que nos separan y vulneran nuestros valores atentando contra la dignidad de la vida, la fortaleza moral de nuestro pueblo, y el orden social según lo hemos conocido en armonía con los valores universales de preservación de la familia y el orden público como fundamentos del bien común necesario mantener el equilibrio social. La nación dominicana está siendo fuertemente atacada por quienes deben protegerla. Nuestras autoridades se prestan para impulsar agendas globales que atentan contra la soberanía nacional y van en contra de nuestros valores cristianos y cívicos, en vez de promover una educación en valores y una reforma integral al sistema de educación pública y social.

Es obvio que quienes ejercen de forma tóxica el poder de mando social lo asumen como un acto de heroísmo, como si estuvieran peleando una guerra para proteger nuestra integridad territorial y moral. Es sorprendente ver la sutileza de las autoridades en asaltar la moral de nuestro pueblo sin reparo. Cabe recordar que el gobierno de Danilo Medina y el PLD, aceptó las credenciales del ex- embajador de los Estados Unidos James W. Brewster, quien más tarde se paseaba por nuestras escuelas dando cátedra a nuestros niños promoviendo la relación del mismo sexo como si esto fuera un compromiso de agenda bilateral o un beneficio para el país. Es preciso recordar que no hace mucho a la diputada Faride Raful le molestaba que se promoviera la enseñanza de la biblia en las escuelas porque era discriminatorio, ante lo que yo pregunto: ¿Hacia dónde quieren llevarnos estos líderes y a que agenda responden?

Si algo le falta a la nación dominicana, no es la ideología de género, sino la ideología del bien común para que podamos tener una sana convivencia y nos alejemos de la frontera animal. A medida que pasa el tiempo queremos ser tan civilizados y libres que nos estamos alejando de la civilización y de los códigos morales que le permiten a una sociedad superar los traumas que produce la demencia moral colectiva. Nuestro país necesita una educación de contenido y valores, que nos lleve por el sendero de la paz, el desarrollo y el progreso social con calidad de vida.

En contraposición a la ideología de género propongo que se incluya en el sistema de educación nacional una cultura de valores, de respeto, de compromiso moral ciudadana orientada a que podamos vivir en armonía con las virtudes superiores, en paz en nuestro territorio y nos alejemos de la frontera animal.


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