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Ni con Hipólito ni con Luis


Por: Winston Paulino

Lo sucedido ayer en las elecciones del Colegio de Abogados de la República Dominicana (CARD) cambia de forma dolorosa todos los escenarios en que muchos creíamos que se encontraba el Partido Revolucionario Moderno (PRM).

Un partido que a través del arduo sacrificio y esfuerzo de todos sus miembros, principalmente de su base, surgió de forma prematura y urgente fruto del destierro sufrido en un PRD secuestrado por el odio, la calumnia, la mentira, la maldad, la insensatez, la intolerancia, las zancadillas y el divisionismo entre una corriente y otras dos corrientes; secuestro que aprovecho la perversidad del PLD y con todo su poder le puso precio al quintacolumnismo y cobro a largo plazo con un desembolso final del «poder» que hoy exhibe ese PRD.

Un partido que sufrió los embates de la perversidad del PLD y su poder que tomo como instrumento público, y declarado como traidores, a la facción o corriente que fruto de esa perversidad morada logro quedarse con lo ajeno, la parte histórica de ese PRD, sus luchas, sus conquistas y sus logros que también pertenecían a los desterrados.

Un partido que a base del dolor y el comportamiento público pudo demostrar ante la sociedad dominicana que había sido víctima abusivamente del poder aplastante y la traición, lo cual le impidió obtener lo que fuera de las urnas se había ganado: la conquista del Palacio Nacional y la posibilidad de haber rescatado nuestro pueblo de las garras desangrantes del PLD, deteniendo su inhumano sufrimiento por causa de la corrupción y la impunidad que hasta ese 2012 la mafia morada había empleado y evitando que agravará ese flagelo de la forma que se agravó colmando la copa con el caso de Odebrecht.

Un partido que luego en las urnas ratificó la conquista de ese derecho y como se despoja un niño de su boleto premiado en una fiesta de cumpleaños, así fue despojado el PRM del poder ganado, cuando su traje más lúcido era la bandera, el jacho y el himno del PRD, sin embargo el administrador de esos símbolos, impidió que saliéramos a reclamar pues se adelantó maldadosamente y nos declaró como partido perdedor de la contienda. Los actos posteriores de ese administrador le abrieron los ojos al país y al mundo y el país y el mundo le entregaron la historia, las luchas y las conquistas de ese PRD a los desterrados y les dejo a los secuestradores lo que estos se habían robado con la ayuda de la perversidad del PLD y su poder: la bandera, el jacho y el himno, que dejaron tristemente de lucir con esplendor porque su esplendor era el rostro de la gente del pueblo al cual José Francisco Peña Gómez siempre represento dignamente hasta la hora de su muerte, convirtiéndose esa hermosa bandera blanca, ese bello jacho y ese glorioso himno en un simple cascarón vacío, sin signos vitales y desapasionado.

Un partido que atravesó el desierto inspirado por la fuerza del Peñagomismo y la memoria de nuestro líder histórico que murió deseando poder ver cumplido, algún día, su anhelo de un gobierno de la gente y para la gente; anhelo sagrado que los mismos perversos han querido robarse y capitalizar a través de la publicidad engañosa hacia el pueblo, vendiéndose como los que han logrado realizar el sueño de Peña Gómez cuando en realidad lo que han hecho es sucumbir a la nación en la miseria, el hambre y la muerte, no obstante a ellos haber adquirido a muchos familiares de nuestro líder inmortal.

Un partido que durante el recorrido por el desierto tuvo que escapar con astucia a todos los intentos de feticidio, pues recibió una persecución intensa para evitar su nacimiento y su declaración, una especie de persecución herodistica para evitar lo que a todas luces podía predecirse: el rescate del pueblo hebreo.

Todas y cada una de las maquiavelidades sufridas por este partido, las recibió de forma conjunta por parte de la perversidad del PLD y los secuestradores ladrones y traidores y dentro de su «defensa» en el tortuoso trayecto del desierto se encontraba la figura y la orientación del Dr. Miguel Surun Hernández, otra pieza quintacolumnista colocada por nuestros enemigos en esa etapa, quintacolumnismo develado con el transcurrir del tiempo y luego de su misión cumplida.

Un partido que se convirtió nuevamente en la esperanza nacional, tal y como durante los intentos de frustrar su nacimiento y declaración se vislumbraba, y en su prematurez le atrapo un torneo electoral del cual salió airoso aunque no logro alcanzar el poder, continuando así sus pasos por el desierto hacia la tierra que produce leche y miel: la tierra prometida en la cual la salud, la educación, la alimentación, la prosperidad, el desarrollo y la oportunidad para el pueblo nos hará sentir que el sueño de Peña Gómez se ha realizado y que esa alma noble, blanca y buena, de ese piel oscura como la noche, POR FIN descansará en paz.

Un partido que en el momento mismo de encontrarse frente al mar, a tan solo levantar la vara para que se abra el camino que lo conducirá hacia las escalinatas del Palacio Nacional, ha empezado a sufrir nuevamente los embates del odio, la maldad, la calumnia, la mentira, la intolerancia, las zancadillas, la traición y el divisionismo, no obstante a las miles de voces que llaman a la cordura, a la sensatez, a la reflexión y no obstante a nuestro esfuerzo por la implementación de nuestra campaña «La Hora de la Unidad», bien recibida por todos pero apoyada por unos pocos, y en el día de ayer fue la más grande demostración de que la unidad perremeista está en otro mundo y no aquí, frente al mar, donde se necesita imprescindiblemente para levantar la vara que abrirá las aguas.

Hoy, en el momento menos indicado para el bienestar y proyecto del anhelo Peñagomista, han comenzado a surgir acusaciones y contra acusaciones entre compañeros de la corriente de Hipólito Mejía y de Luis Abinader que yo nunca me había enterado, y sé que muchos otros tampoco. Acusaciones graves y de odio. Estamos viviendo en el partido una especies de ajustes de cuenta y los más perjudicados de esos ajustes de cuenta será la sacrificada base del partido, el sueño de Peña Gómez y el pueblo dominicano víctima de la perversidad del PLD.

Ayer quedó demostrado que Luis no ganará sin Hipólito, pero también sabemos, sin necesidad de una muestra como la de ayer, que Hipólito no ganará sin Luis.

Ayer quedó demostrado que la perversidad del PLD sigue metida «hasta donde le dicen «Cirilo» en nuestro partido y el trayecto recorrido nos enseña que las siguientes ubicaciones que tengamos, sea al inicio del camino abierto (si se logra la unidad que lo abre), en el medio o al final del mismo, develara quiénes son los quintacolumnas que han privado hoy a la nación de un CARD adecentado, a su servicio y de frente contra la corrupción y la Impunidad que tiene a este pueblo de frente al precipicio.

Ayer quedó demostrado, no solo que uno no gana sin el otro, sino lo más grave, que los simpatizantes de uno siempre entorpeceran los proyectos emprendidos por el otro y de esta forma el PRM no podrá cumplir con los ideales de Peña y no podrá permitir que esa alma descanse en paz.

En tal virtud, quien escribe, en nombre del mío propio y en nombre los 6,887 militantes perremeistas inscritos en el recién pasado PREMIL bajo mi coordinación, declaramos que no nos sentimos seguros para llegar al poder, ni con Hipólito ni con Luis, por lo tanto nos sentaremos en la grada a observar el comportamiento suicida de una gran parte de Hipolitistas y Luisistas (salvó muy honrosas excepciones que si han escuchado y obedecido a sus líderes en sus respectivas solicitudes de respeto hacia sus competidores internos) y esperaremos que la cordura, la reflexión y sentido común y unitario los haga recapacitar y tomen otro derrotero por el bien de nosotros, la base del partido, y por la responsabilidad ante el país que tiene el PRM como su única esperanza de salvación, porque en realidad contra el PLD no hay otra vía.

Hipólito ha sido golpeado inmisericordemente e innecesariamente por la mayoría de los Luisistas y los proyectos de Luis han sido boicoteados en beneficio de nuestros enemigos partidarios por algunos Hipolitistas de una forma burda, irresponsable y descarada, como «chivos sin ley». Están  jugando con fuego y ayer el que salió incinerado no fue Enrique García, sino la sociedad dominicana.

 

QUE VIVA PEÑA GÓMEZ UNA Y MIL VECES…

QUE VIVA LA ATURDIDA Y GLORIOSA BASE DEL PRM!…

QUE VIVA EL PRM!…

Y QUE VIVA EL QUE VENDRÁ A UNIFICAR EL PARTIDO PARA UNIR A LOS HIPOLITISTAS Y A LOS LUISISTAS Y ASI PODER LOGRAR LA SUPER GENKIDAMA QUE NECESITAMOS PARA QUE LAS AGUAS SE ABRAN Y PODAMOS ACCEDER, JUNTO AL PUEBLO DOMINICANO, A LA TIERRA QUE PRODUCE LECHE Y MIEL!…

 

QUE VIVAN LOS DOMINICANOS QUE LUCHAN CONTRA LA CORRUPCIÓN Y LA IMPUNIDAD POR IDEOLOGÍA Y PATRIOTISMO, NO POR INTERES GRUPALES NI PARTICULARES!…


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