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Manipulación judicial muestra desesperación oficialista de cara a elecciones dominicanas


No tenían ningún tipo de pruebas, ni tampoco pudieron justificar horas después cómo esas acusaciones evolucionaron a cargos de delito electoral. Pero lo que sí es obvio en la mente del oficial dominicano es que el verdadero objetivo del escandaloso episodio de febrero era uno solo: enlodar al candidato opositor Luis Abinader, quien aventaja cómodamente al candidato de gobierno de cara a las elecciones presidenciales del 5 de julio.

“Esto es un total abuso de autoridad, es un acto de barbarie”, dijo Guzmán en una entrevista con el Nuevo Herald. “Es apartarse de los principios de la ley. Aquí no se cumplieron ni con las normas, ni se utilizaron los mecanismos correctos para iniciar una investigación”.

Guzmán, quien forma parte del equipo de seguridad de Abinader, fue acusado por las autoridades dominicanas de haber causado el colapso del sistema de votación electrónico durante las elecciones municipales del 5 de febrero.

Pero Guzmán –quien se vio obligado a salir del país al considerar que su vida corría peligro– alega que las autoridades buscaban convertirle a él en un chivo expiatorio, y con ello terminar acusando a Abinader de estar detrás de una masiva conspiración.

El intento por manipular la justicia quedó registrado en la sentencia del juez que ordenó la liberación de Guzmán, dijo Guzmán. “El dictamen especifica que a mí me estaban utilizando como el chivo expiatorio para hacerle daño al candidato presidencial, que el objetivo realmente no era yo sino que el objetivo era hacerle daño al candidato con relación a las elecciones venideras”, dijo el oficial.

Un informe elaborado por una comisión de la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre la elección de febrero también exoneró al coronel, concluyendo que el sistema de votación electrónico colapsó por una cadena de ineficiencias y problemas técnicos.

“El equipo auditor no encontró evidencia de ataques externos, sabotaje o intento de fraude”, señala el informe final de la auditoría de la comisión entregado a la Junta Central Electoral (JCE) dominicana.

La comisión identificó 21 fallas técnicas, organizativas, de preparación y de control de los equipos de voto automatizado, así como de desarrollo de estrategias para solucionar posibles errores. El principal problema que ocurrió en el día de las elecciones fue que las máquinas de votación no mostraban en la pantalla a todos los candidatos, lo que la OEA atribuyó a fallos técnicos.

Estos problemas no fueron detectados debido a que no se realizó una prueba adecuada del software ni un control de calidad previo, resaltó el informe.

La cadena de fallos técnicos llevó al aplazamiento de las elecciones municipales, que fueron celebradas con el sistema de voto manual el 15 de marzo. De los comicios presidenciales saldrá el sucesor del presidente dominicano, Danilo Medina, quien obtuvo el poder en 2012 y se reeligió en 2016.

También causó una crisis política en el país cuando miles de personas se manifestaron diariamente en las calles para pedir explicaciones y demandar garantías de transparencia en las elecciones venideras.

El que las autoridades dominicanas intentaran responsabilizar a Guzmán por el colapso del sistema de votación es un acto de desesperación por parte del gobierno de Medina en momentos en que las encuestas muestran que el candidato oficialista (Gonzalo Castillo) no cuenta con mayores opciones para ganar los comicios, explicó Roberto Álvarez, un cercano colaborador de Abinader.

Cuando vieron esta situación el día de las elecciones municipales, se dijeron “oye, aquí podemos utilizar esto para dañar la reputación, para sacarle provecho político, pero lo hicieron de una manera muy burda porque nunca desde el principio la policía dijo que no sabía quiénes eran los autores, y que el coronel y el técnico que habían arrestado eran solo cómplices”, dijo Álvarez.

“Estaban tratando de implicar a Abinader para tratar de presentarlo de una manera negativa ante la población porque Luis Abinader está de primero en todas las encuestas independientes, y en algunas le lleva más de 20 puntos al candidato oficial”, agregó.

Según las últimas encuestas, Abinader —del Partido Revolucionario Moderno (PRM)— llevaba una clara ventaja en la contienda, acumulando un 52% de las preferencias frente al 24% de Castillo. Otra encuesta más conservadora pero publicada previamente colocaban las preferencias de Abinader en 42.2% frente a 31.4% de Castillo.

“Frustración y deseos de cambio empujan al electorado a votar por Abinader y el PRM”, tituló Diario Libre al resaltar los últimos números.

Este artículo fue complementado con los servicios cablegráficos de el Nuevo Herald.


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