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Leonel Fernández, Presidente por Necesidad


Por: Luis Collado

La vida de Leonel Fernández está caracterizada por su talento y entrega a las causas y valores que motivaron al Profesor Juan Bosch a intervenir en la carrera política. Fue un cercano colaborador notable por su disciplina, el dominio del idioma inglés y sed de aprender.

Bosch, se convirtió en su tutor y maestro. Le enseñó a escribir sus análisis políticos, a comprender la naturaleza y fin de la política, lo que asociado con su voracidad por leer e investigar produjo un político formado para emprender grandes tareas y desafíos. Sus artículos reflejan su sagacidad en el análisis de los sucesos sociales y políticos, su inclinación inequívoca y dominio a cabalidad de los tópicos de la geopolítica internacional y la idiosincrasia del pueblo dominicano.

En sus artículos escritos, a partir de sus 19 años de edad hasta los 25, en su obra ¨AÑOS DE FORMACION: ESCRITOS POLITICOS DE VANGUARDIA”, Leonel Fernández revela como su capacitación política e intelectual no fueron frutos del capricho sino de la actitud de un Hombre de Fe comprometido con el interés de ayudar a construir un país más justo para el pueblo dominicano.

Esto es un Gobierno para la Gente. ¿Cuál sería el lugar de Leonel Fernández en la historia política de República Dominicana?, ¿sabía que un día seria presidente de la República? Era imposible predecir que él fuera a convertirse en el primer mandatario de la Nación, tampoco lo pensó, ni lo imaginó; más su vocación y sus sueños de trabajar eran inquebrantables. Únicamente anhelaba defender los derechos y principios democráticos fundamentales de una sociedad urgida de derechos para la Gente, con acceso a empleos dignos, salud gratuita y de calidad, educación y formación técnica acorde a la demanda del aparato productivo de los mercados locales e internacionales.

¿Por qué no? Contribuir con la Gente estableciendo un sistema de seguridad social eficiente, seguridad ciudadana y transparencia pública, libertades políticas con justicia social, sin los miedos y las incertidumbres hijas de regímenes autoritarios y represivos. Estas tareas no se producirían en un día, y al llevarlas a cabo afrontaría múltiples obstáculos. La transformación de nuestro modelo económico por uno sostenible y abierto a todos los sectores de la vida nacional, implicaría mucho trabajo y sacrificios, incluyendo tener que sufrir los ataques e iniciativas del sicariato moral y el descrédito proveniente de todos aquellos que se oponen al progreso en beneficio de la colectividad nacional y a la consolidación de los valores y principios democráticos en pro de la Gente.

Leonel Fernández, en sus análisis contenidos en la obra ídem,  demuestra  su comprensión del rol del monopolio de los medios de comunicación como una forma de control y poder para condicionar a la gente, por lo que en la Vigésima Conferencia General de la Unesco, París, 24 de octubre 1978, se enarbolaba la necesidad de un nuevo orden informativo, libre circulación de las informaciones sin filtraciones supeditadas a intereses políticos; pues era inconcebible que cuatro agencias internacionales de prensa tuvieran monopolizada la información mundial: AP, UPI, REUTERS y France Prese.  De esa manera cuestionaba de una manera profunda la monopolización de las informaciones y el predominio de una industria del entretenimiento que no contribuía a la formación cultural de los pueblos.

De igual modo, cuestiona las tesis sobre las doctrinas armamentistas nucleares (doctrina de la represalia masiva), las políticas bélicas de respuesta flexible para enfrentar a los disidentes políticos de tendencias socialistas y los entrenamientos de paramilitares para establecer dictaduras o derrocar gobiernos democráticos legítimamente elegidos por el pueblo.

Leonel Fernández defendió los derechos humanos y la libre autodeterminación de los pueblos, censurando que estos no fueran una prioridad en la política exterior de las naciones más importantes del mundo, quienes protegían dictaduras como las de Rafael Leónidas Trujillo  Molina, República Dominicana; Fulgencio Batista Zaldívar, Cuba; Anastasio Somoza Debayle, Nicaragua; Carlos Humberto Romero, El Salvador; José Rafael Videla, Argentina; el Golpe de Estado de Augusto Pinochet contra el Gobierno de Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973;  disfrutando estos regímenes autoritarios de asistencias técnicas, armas y recursos económicos  de Los Estados Unidos de América en aquella época de la Guerra Fría.

Como discípulo, Leonel Fernández dio muestras de sus avances bajo las tutorías de nuestro Sembrador, Juan Bosch, en sus artículos de análisis políticos escritos entre los 27 y 35 años de edad, AÑOS DE AVANCE: ESCRITOS DE TEORÍA Y ACCIÓN, lo que favoreció su escogencia como el líder idóneo para continuar la lucha por establecer un verdadero sistema democrático en la República Dominicana. El Profesor Juan Bosch, el Doctor Joaquín Balaguer y el Doctor José Francisco Peña Gómez así lo decidieron. Fue al Doctor Leonel Fernández, solo a él y no a otro. Esa realidad no puede ser borrada con acciones de envidia e infamia, ni con los derroches de recursos sustraídos del patrimonio público del Estado; menos con propaganda excesiva, pues sus obras dan testimonio y fe de los avances y logros obtenidos con su paso por la Presidencia de la República.

Él  nos confiesa que asumió las actividades políticas partidarias desde muy temprana edad (lo que se desprende de sus artículos y testimonio sobre su integración a la vida política, considerando la fecha de su nacimiento, año 1953); y  enfatiza sus inclinaciones por la investigación social y formación académica, no exclusivamente en la Ciudad de New York, Estados Unidos; sino en la República Dominicana, optando por radicarse definitivamente en suelo criollo, pese a tener la posibilidad de proseguir radicado en la actual metrópolis mundial angloamericana. No obstante, nunca se imaginó que pudiera ser escogido como la figura más idónea para convertirse en presidente de la República en un relevo generacional en que Bosch, Balaguer y Peña se despedían de las actividades políticas levantando sus brazos y, el último, exhortando a sus familiares a acompañar incondicionalmente al Doctor Leonel Fernández en esta nueva etapa política de la Historia Dominicana.

A diferencia de otros, Leonel Fernández, poseía un conocimiento profundo de la sociología política de nuestra sociedad y del ajedrez geopolítico mundial, herramientas fundamentales para adoptar las decisiones más convenientes para nuestra Gente. Ello se puede ponderar en cómo analiza las raíces de la conformación del clientelismo político criollo y latinoamericano a causa de la pobreza y las limitaciones económicas vigentes; el surgimiento del populismo y porqué la ausencia de estructuras políticas partidarias capaces de canalizar  los intereses formados en América Latina, produjo los regímenes de fuerza, el predominio de grupos minoritarios supeditados a los intereses geopolíticos internacionales en función de determinadas agendas económicas; no necesariamente, sociales; prosiguiendo en su exposición de la evolución de la política exterior  de los Estados Unidos como economía hegemónica crea su propia estructura militar para garantizar sus políticas e intereses en la región y a nivel mundial; lo que implicó, según los criterios de este, apropiarse por diferentes medios  de los territorios de Luisiana, propiedad de Francia; 1803; Florida, 1810 y 1821, propiedad de España; Oregón, Washington, Idaho, Wyoming y Montana, 1846, territorios ingleses; Texas,  Arizona, Nuevo México, California, Nevada y Utah, 1846-1848, pertenecientes al Estado Mexicano; la intervención de  USA, año 1898,  en la  guerra de independencia de Cuba contra España; hasta militarizar una parte de esa isla; y así sucesivamente, en Puerto Rico, Filipinas, continuando con su política de la ¨diplomacia del dólar¨, intervenciones militares, apropiación de los territorios de Panamá, otrora territorio colombiano.

Las aspiraciones de construir ese Gobierno e impulsar la próxima Revolución Democrática implica reconocer que el presidente Leonel Fernández posee mucho amor, voluntad firme, perseverancia, paciencia, sabiduría y fe en Dios, sobre todo, para defenderse de aquellos que no tienen memoria; reaprender de sus errores para no cometer hechos similares, consciente de que en la Biblia está escrito: no hay quien haga el bien y nunca peque.Esta sabiduría y consciencia de la realidad en sus diferentes matices permitieron que fuera el Elegido para presidir esa nueva revolución democrática en la República Dominicana, ejecutando un Gobierno en el que Primero sea la Gente.

Los Grandes Hombres de Dios cargaron cruces muy pesadas sobre sus hombros por amor y fe, Noé, a quien se le encomendó construir un arca para salvar a lo más sano de una humanidad, más fue tildado de loco por aquellos que no temían a Dios; Abraham, bautizado como el Padre de la Fe, Dios le prometió descendencia con su esposa estéril, Sarah, dando a luz un hijo (Isaac) y, posteriormente, lo pidió en sacrificio para medir la Fe de Abraham; José, siendo vendido como esclavo por sus hermanos celosos de él, vio cumplidas sus revelaciones de ser un Ministro del Faraón, sobreviviendo a todas las intrigas que se produjeron para asesinarlo, moral y físicamente; Moisés, obligado a refugiarse en el desierto, tras dar muerte a un egipcio que castigaba cruelmente a un israelí, hasta que Dios se le presentó y ordenó ir ante el Faraón para exigirle la liberación del pueblo de Israel en nombre del Yo Soy, guiando, luego, a su pueblo por el desierto  hacia “ la tierra prometida”; Davidungido como Rey de Israel por el sacerdote Samuel, debió fingir ser epiléptico para evitar ser asesinado por el Rey Saúl, esconderse en cuevas, gemir de amargura y ser probado antes de que se cumpliera la profecía de Jehová de ascender a un reinado que costo años de guerra, lágrimas, sangre, sufrimiento y fe incondicional a su Señor; Jesúsfue negado por Pedro, su discípulo; vendido por Judas, el tesorero y su hombre de  confianza, despreciado por su propia gente que reclamó a Pilato que crucificara a Jesús y liberara a un criminal llamado Barrabas.

La lección es clara: Los que son llamados a dirigir una Nación tendrán que sacrificarse por el bienestar común y, sobre todo, armarse de Fe, más cuando la política que se ejerce en nuestro ambiente criollo posee una elevada dosis de ingratitud, una cultura de  sicariato moral y campaña de descrédito y desinformación por medios de comunicación irresponsables pagados por autoridades de turno.

En su trayectoria de vida, Leonel Fernández nunca transigió con las ideas autoritarias, las represiones y las privaciones de los derechos de la gente, pues esa práctica es contraria a su crianza cristiana, su formación humana, su visión democrática efectiva e incluyente, su ética política y su vocación profesional como Abogado. Ello explica por qué siempre sus posiciones estuvieron en contra de todo aquello que no se amparara en el respeto a la Constitución, a las instituciones democráticas, en pro del fortalecimiento institucional y las políticas de desarrollo y progreso integral de la Gente.

Igualmente, prosiguió en su intensa agenda de ejecutorias gubernamentales con la Remodelación y construcción de extensiones de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) en las principales ciudades del país, bibliotecas, comedores y edificaciones en la sede central de la UASD, construcción de alojamientos para estudiantes universitarios y aportes en efectivo en beneficio de los estudiantes universitarios carenciados,  aumento del presupuesto universitario, la creación de  leyes de inversiones en la República, aprobación de nuevos incentivos a las Mipymes, promulgaciones de nuevas leyes de incentivos a las zonas francas, el turismo, redefinición de las zonas fronterizas, revolución tecnológica aplicada a la educación, la capacitación técnica y el avance científico de los recursos humanos, modernización del régimen aduanero nacional conforme a los protocolos internacionales sobre la materia, aprobación de leyes sobre energías renovables, tasa cero en Aduana de los  equipos computarizados importados.Sus gestiones gubernamentales se caracterizaron por el fortalecimiento democrático, el reordenamiento y modernización del sistema jurídico dominicano, el respeto a la libre difusión y expresión de las opiniones, a las libertades políticas y a los derechos humanos, impulsando un ambicioso proyecto de modernización de la administración pública, construcciones de las principales autovías turísticas,  la modernización del sistema de transporte público, creación de la Oficina Metropolitana de Transporte (OMSA), la construcción del Metro en la Ciudad de Santo Domingo, y la Provincia Santo Domingo, creación de la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET),  la Policía Especializada de Protección a los Turistas (POLITUR), construcción de centros médicos y hospitales con tecnología médica de punta, el control y vigilancia de la frontera dominico haitiana, la modernización y equipamiento de los estamentos militares y policiales, políticas de combate a la criminalidad con la fundación de las fiscalías barriales y los proyectos modelos de Barrios Seguro, aprobación de la Ley de Migración y de su Reglamento.

Este impulsó el fortalecimiento de los órganos constitucionales introduciendo al Defensor del Pueblo, el Tribunal Constitucional, el Tribunal Superior Electoral, Consejo del Poder Judicial y Consejo del Ministerio Público, aprobación de una ley de desarrollo y la promulgación de una nueva Constitución Proclamada el 26 de enero del 2010.

Para avanzar no podemos inventar con fórmulas imaginarias que no han sido probadas, ni con los que devoran los recursos públicos empeñando el futuro de un país inmerso en la pobreza, la marginalidad, la delincuencia descontrolada y el miedo colectivo.Todo lo expuesto nos obliga una vez más, ahora por la fuerza de la necesidad, a unir todos nuestros esfuerzos para asegurarnos que este ciudadano excepcional y capaz, Leonel Fernández, retorne a la presidencia de la República para asumir los grandes desafíos y retos de cara al futuro. Estas tareas superan las posibilidades de un hombre ciego, sordo y mudo a los reclamos del pueblo, pues careciendo de visión, sabiduría y de la formación integral propia de los grandes liderazgos, le es imposible asumir la Gran Revolución Democrática donde lo Primero sea la Gente. Necesitamos de ciudadanos demócratas y no de políticos resentidos y autoritarios que se esconden detrás del abuso de autoridad y el irrespeto a las leyes apostando a la fuerza y al imperio del dinero para imponer su voluntad individual sobre el bienestar y el interés del pueblo dominicano.

Ejemplos de lo expuesto en el párrafo anterior, son un sistema de salud arruinado, la calidad de la educación pública brillando por sus bajos índices de aprobación en los rankings internacionales  y de una comunidad de envejecientes sin garantías de disfrutar de jubilaciones dignas y huérfanos  de la  asistencia del Estado para ayudarlos a disfrutar de una vejez digna compatible con la dignidad humana, con los objetivos y fines de la justicia social y las libertades socioeconómicas y políticas en un verdadero sistema democrático, de hechos y no de palabras, que trasciende lo representativo para devenir en la participación activa de la Gente en establecer sus necesidades primarias y las soluciones de estas, siendo escuchados como ciudadanos y no tratados como lacayos ni súbditos de una cúpula autoritaria que secuestra al Estado para ser exclusivamente los beneficiarios de un administración pública secuestrada.

Las nubes negras que motivaron la escogencia del presidente Leonel Fernández para tomar el timón de nuestra Nación están presentes, hoy más que ayer; lo necesitamos para resolver los efectos de las desastrosas decisiones políticas ejecutadas por los Caciques del Gobierno en nuestra isla y afrontar sin miedo el clima incierto y desolador que retumba en el mundo, pues vivimos la incertidumbre. No es tiempo de inventar.

 


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