Por: Juan Miguel frías
Quiero felicitar al vecino y hermano país de Puerto Rico por el gran logro que obtuvieron la anoche del miércoles al forzar la renuncia del gobernador Ricardo Rossello, después de tanto luchar para sacar adelante esa hermosa isla caribeña.
Puerto Rico demostró que con la dignidad de un pueblo no se juega, y, se jugaron el pellejo al exigir lo que ellos merecen. La renuncia de un gobierno que no los trató con la mínima delicadeza conque se puede tratar a un inofensivo animalito.
Estos movimientos cívicos (que a veces se han tornado violentos), lo estamos viendo en toda la región latinoamericana, que está dando una señal a los gobernantes de que la presente generación no sólo vive en las redes sociales, sino que, son una realidad sociopolítica que no está dispuesta a soportar más abuso de poder.
Lo mismo debe ocurrir con nuestra juventud dominicana que al parecer se está durmiendo en sus laureles. Nuestros jóvenes tienen el deber de asumir posiciones donde los líderes políticos se sientan obligados a escucharlos. El espíritu de valentía juvenil no puede ni debe quedarse en los años 70 u 80, donde si hubo coraje para enfrentar gobiernos y políticos que querían hacer con la población lo que les daba la gana. Pensamientos de un pueblo libre es el que debe prevalecer en el corazón de cada dominicano.
Recientemente, en el país tuvimos diversas manifestaciones donde se pedía el respeto a la Constitución al presidente Danilo Medina quien pretendía modificarla para así buscar un tercer mandato. Aunque dichas actividades fueron encabezadas por precandidatos presidenciales, se pudo lograr la no modificación de la Carta Magna.
Lo único malo de estás marchas, fue que los que fueron allí no lo hicieron consciente de a qué fueron realmente, eso se notó cuando varios de ellos fueron interceptados por los periodistas, dejando mal parados a los líderes de las protestas.
Debemos hacer que nuestros jóvenes sepan y tengan bien claro que defender una causa como lo es la Constitución, no sea por 500 pesos y una pica pollo. Deben entender que es el futuro que está en juego cuando se trata de luchas como ésas.
Recordemos aquella frase que escribió Emilio Prud’Homme en nuestro glorioso Himno Nacional que reza así: “ningún pueblo ser libre merece, si es esclavo, indolente y servil.
