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La actualidad dominicana (Conclusión)


Por: Melvin Mañón

Muchas personas tienen dificultad de entender que, para Danilo Medina, el daño ocasionado por cualquier escándalo local y/o internacional es menos malo que verse políticamente derrotado, fuera del poder y legalmente indefenso. Esta situación determina su conducta de manera absoluta. Así pueden entenderse los riesgos en que incurre él y el abismo al que nos empuja.

Si Medina tiene que quebrar la economía nacional para empujar a Gonzalo, lo hará. Si Medina tiene que pisotear lealtades, acuerdos y compromisos con terceras partes lo hará. Si Medina tiene que renegar de las promesas hechas a los diplomáticos de EEUU de respetar la democracia, lo hará. Si Medina tiene que presionar otros jueces, comprar nuevas autoridades, sobornar más profesionales lo hará. Violar cualquier ley, disposición o reglamento, también lo hará, aunque resulte catastrófico. Quienes apoyan a Medina o se someten a sus designios saben perfectamente bien lo que están haciendo, pero continúan abordo. Muchos lo celebran como muestra de astucia. Es el camino de la catástrofe, pero creen que no les tocara a ellos sino a otros.

¿Cuándo y cómo sabremos? Hay dos claves esenciales para Medina en el 2020.

Una es el voto electrónico que le permitiría repetir – con variantes- el fraude en las primarias del 6 de octubre. Por eso lo defenderá hasta las últimas consecuencias. Otro es la inclusión o exclusión de Leonel Fernández como candidato por otros partidos. Su exclusión fraudulenta. La obstrucción para retrasar, dañar y de cualquier modo diferir esa candidatura. Cuando veamos ambas cosas materializarse tendremos la certeza absoluta de la ejecución del fraude montado por Medina.

¿Quiénes y como pueden detener a Medina?

Por sus propias y poderosas razones los EEUU adversan a Medina desde antes, durante y después del fracasado proyecto reeleccionista que ellos mismos impidieron con la llamada de Mike Pompeo. Ese rechazo originado en su tolerancia y complicidad con niveles alarmantes de saqueo, corrupción, ingobernabilidad que nos han convertido en un narco-estado data de la estadía del Sr. Copley como encargado de negocios, se agravó con la llegada de Robin Bernstein, ya involucra a Cindy Kiersch subsecretaria del Departamento de Estado y al almirante Faller, jefe del Comando Sur. ¿qué pueden hacer ellos para descarrilar los planes de Medina? No lo sé, pero algo harán.

¿Qué están dispuestos ellos a hacer? Tampoco lo sé.

Medina, jugando a imitar a Maduro los está desafiando. Haití está demasiado caliente. Su propia credibilidad como potencia sería cuestionada por un pigmeo y está en el estilo de esta presidencia americana disponer soluciones bruscas.

Medina protagoniza un desafío a los EEUU que no está a la altura de sus posibilidades de poder, aunque si de sus necesidades de supervivencia.

La posibilidad de que los EEUU apliquen medidas de fuerza directamente o a través de terceros depende del comportamiento de una serie de ecuaciones geopolíticas respecto a las cuales nada puede darse por seguro.

Mientras tanto, sigue vigente el ataque de Medina: anular y destruir a Leonel como candidato fuerte por la experiencia y fogueo adquirido para enfrentarse a Abinader como candidato más vulnerable. Leonel opera con la desventaja del lastre de su gestión anterior. Abinader no tiene la estructura, la visión, ni los asesores. A Luis Abinader le conviene electoralmente ir a una segunda vuelta contra Leonel y no contra Gonzalo, pero no es seguro que él lo entienda así. En una carrera entre Luis y Leonel, el gobierno de Medina estaría obligado a favorecer a Abinader mientras que, compitiendo con Gonzalo no sería así. Medina necesita los votos propios, los ajenos y los de los muertos para computárselos electrónicamente a Gonzalo.

El fraude va a menos que los EEUU logren impedirlo y/o que la oposición movilice el país y produzca paros nacionales categóricos y convincentes. Se requieren la voluntad y decisión de las fuerzas que adversan a Medina y del estado de ánimo y sentimiento del cuerpo social. No será fácil llevar a la gente a parar un fraude cuya ejecución temen, pero desean que no se produzca.

Si el fraude de las primarias se centró casi en exclusiva en el nivel presidencial, el próximo no será así y Danilo Medina no solamente tratará de imponer a Gonzalo sino también conseguir legisladores propios que hagan posible el trabajo de rehabilitarlo para el 2024. Y esa labor ya está en marcha.

Esos son los planes de Danilo Medina. No quiere decir que vaya a lograrlo, pero es una insensatez ignorarlo y un grave error subestimar su desfachatez y su desesperación.

 


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