Salud

Expertos en salud sugieren verificar bien las etiquetas nutricionales de los alimentos al momento de adquirirlos


EEUU.– ¿Se ha fijado en las etiquetas nutricionales de los alimentos que les da a sus hijos? Muchos padres pasan por alto esa información, que viene en los paquetes y envases de los productos alimenticios, sin saber que allí hay una importante herramienta para tomar decisiones más inteligentes y acertadas a la hora de hacer las compras en el supermercado.

Según la Academia Americana de Pediatría y el Departamento de Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), aprender a leer estas etiquetas les ayuda a los padres a elegir artículos según su valor nutricional y a no dejarse llevar por la publicidad o por los envases atractivos y divertidos para los niños.

Así, por ejemplo, la etiqueta señala cuántas porciones contiene dicho alimento, de qué tamaño es cada una, el total de las calorías que aporta a la dieta de los niños y el porcentaje de nutrientes contenido en una porción diaria.

De esta manera, los padres deberían escoger aquellos productos que señalen porcentajes superiores al 20 por ciento respecto a nutrientes como la fibra, el potasio, el calcio, el hierro, las vitaminas A y C y las proteínas; y reducir o evitar el consumo de aquellos que tengan un alto contenido de grasas trans, grasas saturadas, colesterol, sodio y azúcares. Lo ideal para estos últimos es que no superen el 5 por ciento.

“Es importante revisar la lista de ingredientes. Estos son ordenados de acuerdo con el contenido, es decir, si el primer ingrediente es azúcar, eso es lo que más contiene el producto. También hay que tener en cuenta que si un alimento dice ‘sabor a mora’, no necesariamente significa que contiene esa fruta, solo saborizante. A su vez, se debe revisar que si en el empaque dice que tiene adición o está fortificado con vitaminas o minerales, estos se vean verdaderamente reflejados en la etiqueta”, aconseja Elisa Cadena Gaona, subdirectora de Salud Nutricional del Ministerio de Salud y Protección Social.

“A veces compramos un producto pensando que es un lácteo, pero cuando se revisan los ingredientes encontramos que no tiene nada de leche. Por otro lado, nos dejamos convencer de comprar el producto por su imagen –que suele ser llamativa para los niños–, pero lo importante es ver lo que aporta nutricionalmente”, añade Cadena.

Por su parte, Rubén Ernesto Orjuela Agudelo, nutricionista investigador de Educar Consumidores y experto en etiquetado, sostiene que, si los padres encuentran aditivos químicos o sustancias bastante desconocidas, ese es un indicio claro de que están frente a un producto ultraprocesado y, por lo tanto, no se debe consumir.

“Lo mejor es adquirir productos elaborados con ingredientes naturales. Hay ‘snacks’ para niños que solo son hechos a base de papa o maíz, aceite y sal, por ejemplo. Lo ideal es que la alimentación de los menores sea lo más natural posible, sin conservantes, aditivos o colorantes”, recomienda Orjuela Agudelo.


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