Salud

Estudio revela que limpiarse los oídos con hisopo puede resultar peligroso 


EE.UU.- En la página web de una popular marca de bastoncillos o hisopos no se ve ni una imagen de orejas. Destacan la versatilidad de estos populares palitos con cabecita de algodón para aplicar maquillaje, limpiar la casa o hacer manualidades con los niños… cualquier cosa menos limpiarse los oídos.

Desde hace décadas algunas cajas de bastoncitos advierten específicamente que “no deben insertarse en el canal auditivo”, pero todo el mundo sabe, y más los médicos, que la mayoría de la gente ignora ese aviso.

De hecho un estudio reciente de investigadores del Nationwide Children´s Hospital de Estados Unidos halló que unos 12.500 menores de 18 años acuden cada año a los servicios de emergencia de los hospitales por heridas en el oído relacionadas con el uso de estos isopos. O el equivalente a 34 al día.

El 73% de esas lesiones ocurrieron durante la “limpieza” de los oídos, un 10% mientras los niños jugaban y otros casi 10% se debieron a caídas cuando los niños tenían los isopos insertados en la oreja, según el estudio, publicado en la revista Journal of Pediatrics.

Dos tercios de las lesiones fueron en pacientes menores de 8 años y un 25% de las lesiones fue perforación de tímpano.

Aunque el 99% de los niños lesionados no tuvieron que quedarse ingresados en el hospital, en los casos más graves las consecuencias pueden durar en el tiempo: los daños en el tímpano, en los huesos de la audición o en el oído interno pueden causar mareos, problemas con el equilibrio y pérdida auditiva irreversible.

Pero además de lesiones en los oídos, usar bastoncitos puede ser contraproducente al aumentar el riesgo de que se cree un tapón de cerúmen, al empujar la cera hacia el interior del conducto auditivo.

¿Por qué no hay que limpiarse los oídos?

Mucha gente cree que la cera del oído es algo sucio, desagradable o innecesario y se limpia los oídos regularmente. Pero la cera está ahí por un motivo y si la retiramos estamos interfiriendo con un proceso natural y necesario de nuestro cuerpo.

Producimos cera para mantener los oídos lubricados, limpios y protegidos de agentes externos.

“Las dos grandes ideas equivocadas que suelo escuchar como otorrinolaringólogo son que los canales auditivos deben limpiarse en casa y que para ello se deben usar bastoncitos. Ambas son incorrectas”, afirma Kris Jatana, médico, investigador y profesor universitario.

De hecho, normalmente los oídos se autolimpian sin ayuda externa.

¿Cómo se autolimpian los oídos?

La suciedad, el polvo y otras materias pequeñas se pegan al cerúmen del oído, cuya función es evitar precisamente que se adentren por el canal auditivo.

De una manera natural y continuada el oído se va autolimpiando desde adentro hacia afuera.

Al masticar, mover la mandíbula y con el nacimiento de piel nueva en el canal auditivo la cera “vieja” del oído es empujada hacia afuera, y después se descascarilla o cae durante el baño o ducha habitual.

“Los pacientes con frecuencia creen que al limpiar el oído con hisopos, clips de papel, velas o cualquier número de cosas inimaginables que se usan, están previniendo que se acumule la cera en los oídos. El problema es que este esfuerzo por eliminar el cerúmen solo crea nuevos problemas porque la gente acaba empujando la cera hacia el interior y bloqueando el canal auditivo”, afirma el doctor Schwartz, uno de los autores de una guía clínica para la higiene del oído publicada recientemente por la Academia Estadounidense de Otorrinolaringología.

“Cualquier cosa que entre en la oreja puede causar daños graves en el tímpano y en el canal auditivo, con el potencial de causar lesiones temporales o permanentes”, advierte.

 

 


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