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Escogencia de Eddy Olivares marca el inicio de la lucha interna entre Hipólito Mejía y Luis Abinader


Santo Domingo.- La designación del doctor Eddy Olivares como nuevo vocero del expresidente Hipólito Mejía, es lo que faltaba para asegurar que el líder del Partido Revolucionario Moderno (PRM) buscará la candidatura para el 2020, lo que dará inicio de una lucha interna entre el exmandatario y Luis Abinader.

Mejía busca arrebatar temprano toda posibilidad de que el candidato presidencial derrotado en el 2016, Luis Abinader, avance y se consolide con el liderazgo de la organización y se coloque como un aspirante indisputable para unos comicios que serán cruciales.

Abinader al parecer ha perdido fuerza entre los electores, aunque se unió temprano a la Marcha Verde, cosa que eludió el expresidente. El excandidato buscaría que las simpatías entre el electorado crezcan, en momentos en que hay un descreimiento con los políticos.

Se dice que las encuestas privadas otorgan a Abinader un puesto menor que el 35% de las votaciones que alcanzó en las elecciones del año pasado, lo que habría alentado al expresidente a lanzarse al ruedo ya que conserva buena parte de la base partidaria.

La lucha entre los dos políticos ha sido mantenida con bastante discreción, no obstante que el expresidente opina sobre los temas del momento y mantiene su distancia, como por ejemplo lo de asistir a las manifestaciones que ha convocado la Marcha Verde.

Podría ser extraño que Abinader no atrajera alguna porción de los manifestantes que reclaman lucha contra la corrupción y la impunidad y cuya ala radical demandó recientemente acortar el período del presidente Medina y funcionarios elegidos y convocar elecciones.

Quizás la razón por la cual un hombre tan sabio como Mejía no se ha sumado a la Marcha Verde, que podría aportar un buen caudal al candidato que sustente sus posiciones, es porque avizora que otros dirigentes del PRM al final sean llamados por el caso de Odebrecht.

La caída del presidente del partido, Andrés Bautista, quien fuera sometido y mandado a prisión por el juez de Instrucción Especial de la Suprema Corte de Justicia, Francisco Ortega Polanco, sacudió las filas del PRM.

Una razón de peso para que el expresidente Mejía tome su distancia de la Marcha Verde y sus adherentes, es porque en algunas de las manifestaciones y en escritos de esa corriente, se ha recordado que los contratos de Odebrecht comenzaron en su era.

Esos reclamantes que se enfocan más bien en el expresidente Leonel Fernández y en el actual presidente Medina, guardan al parecer sus expedientes contra otros políticos, a  quienes la embajada de los Estados Unidos podría cancelarle sus visas en los próximos días.

Un gallo tapado

Mejía tenía al doctor Olivares como su “gallo tapado”, una sorpresa para la opinión pública antes de que corrieran los rumores sobre esa decisión y se produjera el anuncio, en un acto que fue bien preparado para impresionar hacia adentro y hacia afuera del PRM.

Olivares era el representante de Partido Revolucionario Dominicano, PRD, en la Junta Central Electoral, JCE, antes de que la organización se dividiera dando espacio al sector de Mejía y Abinader que formaron el PRM. Al parecer, tras su renuncia de la JCE, siguió fiel a Mejía.

El exmiembro de la JCE, un abogado joven muy reconocido y con simpatías en los medios pese a que no era el repartidor de la catarata de anuncios publicitarios que manejó la institución dirigida por el doctor Roberto Rosario durante años, se puso en su lugar.

Olivares rechazó muchas decisiones tomadas por el pleno de la JCE que Rosario aparentemente dominaba de manera férrea, pero se sabe que tuvo desacuerdo con que la consulesa de los Estados Unidos lo humillara al cancelarle su visa en su propia oficina.

El abogado cuyo paso por la JCE le dio bastante bagaje tanto en el conocimiento de los temas electorales, como de los asuntos del gobierno, podría haber sido la mejor selección por parte de Mejía, que buscaría rodearse de personas con capacidad moral y calidad profesional.

Más que vocero, como Mejía ha tenido otros tanto en el PRD y el PRM, el doctor Olivares podría ser un asesor de envergadura a quien no le caen las rumoradas indelicadezas que se cometieron en la JCE, algunas señaladas por la Cámara de Cuentas.

Como Mejía es el líder indiscutible de su facción en el PRM, sería muy difícil que una personalidad como el del doctor Olivares pueda tener algún rechazo de los que han militado día a día con el exgobernante y que podrían creerse merecedores del importante puesto.

Mejía el mejor

El expresidente Mejía sería el mejor candidato que el PRM pudiera llevar en su candidatura presidencial en del 2020. Su experiencia de estado y el conocimiento de  principales problemas nacionales lo califican bastante para aspirar a la posición de nuevo.

Lo único que podrían señalarle sus adversarios es la edad. Actualmente Mejía tiene 76 años, ya que nació en 1941. En mayo del 2020 cumplirá 79 y para el término del mandato en el caso de que ganara las elecciones, 83.

El expresidente ha sido sensible al tema de su edad. En la campaña electoral pasada un periodista de su misma generación lo llamó “envejeciente”. El exgobernante le mandó a decir con su biógrafo, Cándido Gerón, que lo retaba a echar una carrera a ver quién ganaba.

Es interesante porque ese periodista, que no tiene filiación partidaria, arregló un almuerzo con otros colegas para escuchar los puntos de vista del candidato previo a las elecciones del año 2000. Todos, excepto el que convocó, dijeron que haría un buen gobierno.

Los infortunios de su régimen 2000-2004, notablemente la quiebra de varios bancos y la principal compañía de seguros del país, podrían ser hoy “agua pasada”, ante los escándalos ocurridos posteriormente y los de ahora con la Odebrecht en medio de la tormenta.

Claro que Abinader, hombre joven y preparado quizás podría ser la persona que escoja el PRM para su candidatura presidencial del 2020, ya que en ese partido no hay más nombres. Su condición de empresario le quita atractivo para el proletariado.

La experiencia de los empresarios en la Presidencia, que se asocian con  los de su clase para oponerse a los aumentos salariales y las conquistas de los trabajadores, probablemente no sería una buena consejera. Ya se ve lo que pasa en Estados Unidos con el señor Trump y el conflicto de intereses.

 


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