Salud

Diseñan nanosondas capaces de detectar los tumores más pequeños y sus metástasis


España.-Las enfermedades oncológicas constituyen, tras las cardiovasculares, la segunda causa de muerte en nuestro país. Una elevada mortalidad que se explica no tanto por la aparición de un tumor, sino por la capacidad que tienen las células cancerígenas de migrar e invadir otros órganos esto es, la consabida ‘metástasis’.

De hecho, las metástasis son responsables de cerca de un 90% de todos los decesos por cáncer. De ahí la importancia, vital, de detectar cuanto antes estas metástasis, incluidas aquellas con un tamaño mínimo. Y es que para salvaguardar la vida del paciente, es totalmente necesario acabar con todos los tumores, grandes y pequeños.

El problema es que, en muchas ocasiones, estas ‘micrometástasis’ pasan desapercibidas con las actuales pruebas diagnósticas. O así ha sido hasta ahora, dado que investigadores del Instituto Oncológico de la Universidad Rutgers en Little Albany (EE.UU.) han diseñado unas ‘nanosondas’ que podrían detectar, por fin, estos tumores minúsculos antes de que sea demasiado tarde.

Como explica Steven K. Libutti, director de esta investigación publicada en la revista «Nature Biomedical Engineering», «el talón de Aquiles del abordaje quirúrgico en el cáncer es la presencia de micrometástasis, que también suponen un problema para llevar a cabo una estadificación adecuada y para planificar los tratamientos. Sin embargo, las nanosondas descritas en nuestro trabajo recorrerán un largo camino para solventar todos estos problemas».

La detección de los tumores precoces que comienzan a diseminarse por el organismo constituye uno de los mayores retos, sino el mayor, en el diagnóstico y tratamiento del cáncer. Y es que la mayoría de las tecnologías disponibles, caso de las pruebas de imagen por resonancia magnética, son incapaces de detectar las lesiones cancerosas pequeñas. Entonces, ¿cuál sería la solución? Pues una posibilidad sería contar con unas nanopartículas que ‘patrullen’ por el organismo y que, además de detectar estos tumores minúsculos, sean capaces de seguir a las células metastásicas para ver dónde se ‘asientan’.

Como refiere Prabhas V. Moghe, co-autor de la investigación, «siempre hemos soñado con la posibilidad de seguir la progresión del cáncer en tiempo real. Y eso es lo que hemos hecho en nuestro trabajo: hemos rastreado la enfermedad desde sus estadios más iniciales».

Las células cancerígenas pueden alojarse en diferentes partes del cuerpo, y las nanosondas siguen a estas células en expansión allá a donde vayan

En el estudio, los autores utilizaron modelos animales –ratones– a los que inocularon unos dispositivos ópticos microscópicos –o lo que es lo mismo, unas ‘nanosondas’– que viajan por el torrente sanguíneo y emiten una luz infrarroja de onda corta. Así, lo que hacen estas sondas es ‘anclarse’ a las células cancerígenas, por lo que los médicos pueden identificar no solamente la localización de un tumor –de mayor o menor tamaña–, sino el lugar al que han ido a parar las células que se han desprendido del mismo –es decir, las metástasis.

Pero, ¿realmente funcionan? Pues sí. De acuerdo con los resultados, estas nanosondas fueron significativamente más ‘veloces’ que las pruebas de imagen por resonancia magnética a la hora de detectar tanto los tumores pequeños como su propagación en las glándulas suprarrenales y los huesos de los animales.

Como indica Vidya Ganapathy, co-autora de la investigación, «esta mayor velocidad se traduciría en una detección más precoz de los tumores, incluso de varios meses, en los humanos, lo que ayudaría potencialmente a salvar muchas vidas. Las células cancerígenas pueden alojarse en diferentes nichos del cuerpo, y la sonda sigue a estas células en expansión allá a donde vayan. Así, podemos tratar estos tumores de una forma inteligente porque ya conocemos la ‘dirección’ del cáncer».

Futuro muy próximo

En definitiva, y en espera de su confirmación en los ensayos clínicos con humanos, las nuevas nanosondas se presentan como una herramienta muy eficaz para el diagnóstico y tratamiento del cáncer. O cuando menos, como una herramienta más ‘útil’ que las actuales tecnologías. No en vano, apunta Prabhas Moghe, «la vigilancia de las lesiones en múltiples órganos y en tiempo real posibilitará un seguimiento más preciso del cáncer tanto antes como después de los tratamientos. Así, los médicos podrán determinar el estadio de la enfermedad y, en consecuencia, establecer cuál es la estrategia más adecuada para cada paciente individual».

Como destacan los autores, «en el futuro, estas nanosondas podrán ser utilizadas en cualquier intervención quirúrgica para ‘marcar’ los tejidos que deben ser eliminados por los cirujanos. Y asimismo, las sondas también podrían ser utilizadas para evaluar la efectividad de la inmunoterapia, con la que se estimula al sistema inmune para que combata a las células cancerígenas».

Y, exactamente, ¿cuándo será este futuro? Pues según los propios autores, no habrá que esperar más allá de cinco años para que esta tecnología se encuentre disponible para la detección y seguimiento de más de un centenar de tipos de cáncer.


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