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Consejo Nacional de la Conjura morada entre Leonel y Danilo…


Por el periodista Salvador Holguín 

Hilando Fino

El miércoles 3 de agosto del 2011 el jefe de Estado, Leonel Fernández Reyna, convocó al Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) en cumplimiento con las disposiciones establecidas en la Constitución de la República, proclamada el 26 de enero del 2010. Luego de las entrevistas a los aspirantes y concluida la selección, el 28 de diciembre del 2011 el gobernante Leonel Fernández encabezando el CNM juramentó 38 jueces, los cuales en lo adelante integrarían el Tribunal Constitucional (TC), el Tribunal Superior Electoral (TSE) y la Suprema Corte de Justicia (SCJ). Durante la juramentación el presidente Fernández exhortó a los nuevos integrantes de las altas cortes, el TC y el TSE, además a los de la SCJ, promover el estado democrático, social y de derecho en RD. Pareciera que sus recomendaciones fueron demagógicas porque los magistrados electos por el “León” hicieron todo lo contrario, ni fueron democráticos ni garantizaron el estado de derecho a los dominicanos.

El Dr. Leonel Fernández en ese entonces con todo el poderío; presidente de la República, del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) y del partido de gobierno PLD, cometió el error más grande de su vida como líder político, y fue aprovechar esa fuerza que coyunturalmente tenía, para avasallar al pueblo que lo eligió y a sus compañeros de partido que lo ayudaron a conseguir el trono de príncipe del Palacio Presidencial, creyendo que con eso estaba blindado, pero no fue así, desde que su sucesor en la Presidencia, Danilo Medina Sánchez, tomó posesión el 16 de agosto del 2012 y empezó a dirigir la Nación, comenzó a trabajar para hacerlo añicos e inició una persecución contra toda la gente de su entorno con poder político-económico, inhabilitando al “León” políticamente y asesinándolo moralmente, hasta un capo le trajo para destruirlo.

Los jueces con vinculación política que eligió el PLD y Leonel Fernández como miembros titulares del TSE el 28 de diciembre del 2011 fueron: Mariano Rodríguez (presidente), Mabel Feliz Báez, John Guiliani Valenzuela, Marino Mendoza Rodríguez y José Manuel Hernández Peguero, ahora todos pasan al zafacón de la historia por su comportamiento y actitud en el desempeño de sus funciones en perjuicio a la patria, prestándose para hacerle el juego al Partido de la Liberación Dominicana y así destruir el sistema de partidos, evacuando sentencias que no resisten un análisis jurídico porque fueron dadas conforme a los intereses políticos y peticiones de los presidentes Leonel Fernández y Danilo Medina, quienes los pusieron ahí, nunca actuaron apegados a lo que establece la Constitución y las leyes que le dieron origen a esa institución.

Con la escogencia de los nuevos magistrados del Tribunal Superior Electoral (TSE);  Román Jáquez Liranzo (presidente), Santiago Sosa Castillo, Rafaelina Peralta, Cristian Perdomo Hernández, y Ramón Madera Arias, así como también de la Suprema Corte de Justicia (SCJ); Manuel Alexis Read Ortiz, Pilar Jiménez, Blas Fernández Gómez y Moisés Ferrer Landrón, deben entender que  sin justicia no hay democracia, sin democracia no hay desarrollo económico y  sin desarrollo económico no hay paz. Ustedes tienen la responsabilidad de conducir los destinos de esta patria de Duarte, Sánchez y Mella, por un sendero diferente al que está en estos momentos debido a la irresponsabilidad de las autoridades que hemos elegido y que nos han fallado, claro, porque encontraron jueces que se prestaron a hacerle el juego en detrimento de la democracia y la institucionalidad del país.

Para desgracia del país, la historia se repite nueva vez el 21 de julio del 2017 pero con actores diferentes, el presidente Danilo Medina acaba de cometer el mismo error que el exmandatario Leonel Fernández buscando blindaje para cuando salga de la Presidencia, seleccionó jueces dirigentes políticos del PLD de su corriente para que respondan a sus intereses y lineamientos partidarios, el comportamiento de Danilo es más grave aún, según el líder social y revolucionario, Claudio Caamaño, quien afirma que el gobernante Medina premió la corrupción con la escogencia de los nuevos jueces del Tribunal Superior Electoral (TSE), señalando entre ellos a la magistrada Cristian Perdomo Hernández que fue una de las gestoras del fraude electoral en las elecciones del 2016 en Santo Domingo Este cuando se desempeñaba como secretaria en la Junta Central Electoral.

El PLD ha llevado la justicia dominicana a una descomposición tan grande, a tal punto que una miembro de ese órgano del Poder Judicial, la jueza Awilda Reyes, dijo que ha sido víctima de la mafia que impera en la Suprema Corte de Justicia y de su actual presidente Mariano Germán, y peor aún, recientemente una jueza se prestó por ofrecimiento de cargo a condenar un periodista con las pruebas depositadas en el tribunal que confirma que no acusó por lo que lo demandaron y lo condena al pago de 7 millones sin haber difamado y mucho menos injuriado… Y la sociedad se pregunta: ¿Hasta dónde es que vamos a llegar con esta justicia morada?

Para poder entender qué fue lo que pasó con la escogencia de los nuevos jueces, las altas cortes y la Suprema Corte de Justicia, primero veamos según el diccionario de la Real Academia Española el significado de la palabra -Conjura-: “Acuerdo secreto contra algo o alguien, especialmente contra el estado o el soberano.” Justo eso fue lo que denunciaron el senador José Ignacio Paliza y la diputada Josefa Castillo: “La experiencia que hemos vivido es una difícil y frustrante, porque al tiempo que logramos que los actuales miembros o los miembros ya pasados del Tribunal Superior Electoral no repitieran en sus cargos, no logramos un Tribunal Superior Electoral y una Suprema Corte de Justicia cuyos postulantes fueran del todo independiente, nuestra labor fundamentalmente aquí y lo que le prometimos al país era que íbamos a trabajar y a pujar por jueces independientes, en ese esfuerzo aun cuando nuestro tesón y corazón estuvo envuelto, no pudimos lograr esa conquista para bien de todo el país, aun cuando por momentos algunos o nosotros sentíamos la necesidad de quizás partir, permanecimos en el encuentro e intentamos hacer todos los aportes correspondientes porque nosotros somos dos servidores públicos que respetamos las responsabilidades constitucionales y mandatos que se nos han dado”. Una sociedad que aspira a tener un estado democrático, social y de derecho, busca apasionadamente en un juez dos cosas esenciales que son; independencia e imparcialidad, qué pena que en la República Dominicana no tenemos jueces de esas mínimas condiciones.

No es verdad que los nuevos jueces son apartidistas e independientes como ha querido vender el oficialismo, no pueden serlo, porque el Consejo de la Magistratura es un órgano dirigido por políticos en su conformación y por consiguiente lo que sale de ahí es producto de negociaciones entre dirigentes políticos y tienen sus colores dentro de la partidocracia. Su reto no es convencernos de que no tienen vínculos con partidos “algunas focas aplaudirán”, pero a todos no nos podrán convencer, su desafío es que a pesar de sus vinculaciones conocidas con el PLD, de hecho hay algunos que aparecen inscritos con su carnet del partido de gobierno, es decir que son miembros activos peledeistas… El reto es que a pesar de esas ataduras puedan desprenderse de su predilección y actuar con objetividad e imparcialidad en beneficio de la colectividad alejándose de sus intereses personales, económicos y partidarios, así se van ganando el respeto, la confianza y la admiración del pueblo dominicano, si no lo hacen entonces pasaran a ser parte del recuerdo como otras marionetas desechables contaminadas por los hilos del poder.


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